Calentamientos

Los partidos vascos han comenzado a calentar motores ante la inminencia de los comicios autonómicos del 25 de octubre. Y como todos los años electorales, la primera andanada la ha lanzado el presidente del PNV, Xabier Arzalluz. Su primer discurso tras el periodo estival es incendiario por definición. Lanza acusaciones, revela presuntos pactos secretos y advierte de peligros inminentes para la estabilidad y legitimidad del sistema político.Algunos le reprochan que no se salga del guión de padre siempre enfadado, desconfiado y sabelotodo que a la primera de cambio te afeita el flequillo. También le recuerdan que salvo los más viejos de cada batzoki, la gente ya no le identifica como un político que lanza propuestas constructivas.

Dentro del partido son pocos los que se atreven a hacerle a Arzalluz estas observaciones en persona. Fuera ya es otra historia. Le han perdido el respeto. La ex consejera de Turismo del Gobierno vasco y miembro de la Ejecutiva del PSE-EE, Rosa Díez, le llamó ayer "mentiroso" y le pidió que se jubile. "Es lamentable", se despachó la ex consejera, "que el máximo dirigente del primer partido del País Vasco sea incapaz de hablar sin insultar a los demás. Más allá de que estemos acostumbrados al personaje, está para jubilar porque lleva muchos años aportando muy poco a la convivencia y al respeto entre partidos políticos; eso es francamente nefasto".

La idea de que los años no pasan en balde para el presidente del PNV ya la había expresado con anterioridad el joven líder de los populares vascos, Carlos Iturgaiz. Hace meses, con gran indignación de Iñaki Anasagasti, que reclamó su dimisión a Álvarez Cascos, dijo que Arzalluz "chocheaba".