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El azar se apiada de los españoles en la Copa UEFA y Recopa

El Atlético jugará con el Obilic yugoslavo, a cuyo presidente busca la Interpol

Acaso la Real Sociedad o el Mallorca podrían refunfuñar por sus emparejamientos en la Copa de la UEFA y la Recopa, cuyo sorteo se realizó ayer en Montecarlo. El resto de los equipos españoles ha recibido rivales si no asequibles, por lo menos desconocidos. Y si se argumenta que hoy en día "ya no hay equipos fáciles", por lo menos se podrá estar satisfecho por las perspectivas eludidas, es decir, los equipos ingleses, italianos y alemanes que no han tocado para amargar la primera ronda.La Real Sociedad deberá enfrentar al Sparta Praga, último campeón de Liga de la República Checa y que sólo perdió en la tanda de penaltis frente al Dinamo de Kiev su pase a la Liga de Campeones.

El Mallorca tampoco tendrá un debut fácil en la Recopa. El Hearts escocés, uno de los dos grandes equipos de Edimburgo, se encuentra en su mejor momento de los últimos años, y ha logrado, por primera vez en mucho tiempo, cortar con la hegemonía de los equipos de Glasgow, el Celtic y el Rangers. El equipo balear informó ayer que ha pedido al delantero Gabriel Amato, hoy en el Rangers, que les hiciera un informe de su rival. Las perspectivas para Celta, Valencia, Betis y Atlético suenan, a priori, como más accesibles.

El equipo de Claudio Ranieri podría protestar por la historia de su rival -el Steaua de Bucarest, campeón de Europa en 1986 frente al Barce-lona-, pero sabe que la actualidad del equipo rumano no es la mejor: apeado de la Liga de Campeones por el Panathinaikos griego, ha comenzado la Liga de manera irregular. En sus filas militan varios jugadores que pasaron por España -Belodedici (Valencia), Lacatus (Oviedo), Dumitrescu (Sevilla)-, además de ser el club de origen del delantero Adrian Ilie, una de las piezas fundamentales del Valencia actual.

El Celta jugará con el también rumano Arges Pitesti, un equipo que de vez en cuando asoma su cabeza a la superficie de Europa pero cuyas mejores épocas han quedado en el pasado. Ganó la Liga de su país en 1972 y 1979, y en la actual temporada (se llevan jugadas cuatro fechas) marcha undécimo.

El Vejle, de Dinamarca, que jugará con el Betis, es probablemente el más desconocido de los rivales de los españoles. Vicente Cantatore, entrenador de los sevillanos, reconoció que sabe muy poco del equipo danés, aunque aclaró: "En teoría somos favoritos, pero Dinamarca fue una de las selecciones que mejor jugó en el Mundial de Francia".

Un capítulo aparte merece el Obilic de Belgrado, rival del Atlético. Hasta hace dos años era un mediocre navegante de la segunda división yugoslava; entonces lo compró Zeljko Raznatovic, un oscuro oficial del ejército serbio en la última guerra de los Balcanes, y lo llevó al título de Liga en su debú en la máxima categoría. Raznatovic, más conocido como Arkan, es un conocido criminal de guerra que tiene una petición de captura de la Interpol. Los bosnios musulmanes y los croatas han denunciado en repetidas ocasiones sus excesos y las sangrientas acciones de los Tigres, la milicia que estaba a su cargo. El Obilic se quedó fuera de la Liga de Campeones frente al Bayern Múnich, subcampeón alemán, que lo eliminó con un 4-0 en casa y un 1-1 en Belgrado. Franz Beckenbauer, presidente del Bayern, no viajó el miércoles pasado con el equipo a la capital yugoslava para no compartir el palco con el dirigente serbio. Alegó tener citas "muy importantes".

Miguel Ángel Gil, director general del Atlético, anunció ayer que la directiva del club viajará en pleno a Belgrado: "No queremos que se politice el partido. Esto es fútbol", declaró.

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