España gana puntos para la Copa Davis

Los primeros escarceos de los jugadores españoles en las pistas rápidas estadounidenses no ofrecen demasiados argumentos para el optimismo. Ayer, Àlex Corretja, Carles Moyà y Albert Costa fueron eliminados en la segunda ronda del torneo de Cincinnati, el primero de la serie que les servirá como preparación para el Open de Estados Unidos, que se disputará a partir del 31 de agosto en Nueva York.Sin embargo, todos ellos han elevado su nivel de adrenalina al saber que el sueco Thomas Enqvist, 17º mundial, no podrá disputar la eliminatoria de Copa Davis que enfrentará a Suecia y a España, en Estocolmo, en las semifinales. A todos los jugadores españoles les preocupan sus carreras profesionales. Pero todos saben lo que supondría alcanzar la final de la Copa Davis: ese es un objetivo prioritario.

Enqvist fue operado esta semana de una lesión en el tendón de Aquiles, que le impedirá estar en el Open americano y también formar parte del equipo sueco en la Copa Davis. Su ausencia abre un brecha en aquella sólida formación que ganó esta competición el año pasado por sexta vez desde 1975, en que Bjorn Borg lideró a su equipo hacia su primera Ensaladera. Suecia tiene previsto enfrentarse a España, entre el 25 y el 27 de septiembre en una superficie de moqueta interior, también rápida.

En estas circunstancias Jonas Bjorkman y Thomas Enqvist son sus mejores jugadores. Bjorkman liderará su equipo, pero Calle Hatgeskog, capitán sueco, deberá recurrir a Magnus Norman para cubrir la ausencia de Enqvist. Entre ambos hay una distancia de 17 puestos en la clasificación mundial (Norman es el 34º). El doble lo seguirán formando Bjorkman y Nicklas Kulti, los dos suecos mejor clasificados en dobles.

Es evidente que su potencial disminuirá, aunque sea levemente. Pero más importante que eso, es el ascendente psicológico que eso puede suponer para los tenistas españoles. En Suecia deberán salvar una situación absolutamente adversa: el público no les apoyará, la pista es la superficie en que peor se desenvuelven, y los suecos son mejores en pistas cubiertas. Por eso, cualquier factor desequilibrante que afecte a los suecos, supone una tremenda inyección de moral para los españoles.

La andadura americana es otro factor que será determinante para los tenistas españoles. Si son capaces de jugar bien en el Open de Estados Unidos, su confianza mejorará, porque lo habrán logrado en una superficie que no es la mejor para ninguno de ellos. Sin embargo, la leyenda de que los españoles sólo logran resultados en tierra batida saltó ya hecha añicos el año pasado, cuando Carles Moyà disputó la final del Open de Australia y ganó a Pete Sampras -en el Masters- en moqueta bajo techo, y un año antes cuando Àlex Corretja y Javier Sánchez alcanzaron los cuartos de final del Open de Estados Unidos.

Ayer, Corretja perdió ante Scott Draper (Australia) por 6-3, 6-7, 7-6; Albert Costa cayó ante el alemán Tommy Haas por 6-1, 6-3 y Carles Moyà, ante Jerome Golmard (Francia) por 6-4, 6-2. Fue una jornada realmente decepcionante en el torneo de Cincinnati. Pero ellos no fueron las únicas víctimas ilustres. También perdió Marcelo Ríos, en su primer partido como número uno del mundo tras desbancar a Peter Sampras en la clasificación de la ATP el pasado lunes. Y también cayó Andre Agassi. Dos de los los hombres que mejor temporada han realizado. Son resultados ilógicos, que responden al hecho de que los jugadores acaban de desembarcar en el circuito americano y no están bien adaptados aún a las pistas de cemento. Pero nadie duda que en dos semanas, cuando comience el torneo de Flushing Meadow las cosas estarán ya en su redil. Allí las sorpresas se pagarán mucho más caras.