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Los políticos prometen mejoras tras el éxito del Festival de Benicàssim

Fascinados ante el éxito del Festival de Música Independiente de Benicàssim, los representantes de las distintas administraciones se deshacían ayer en elogios para prometer que el año próximo no les pillará el toro de la improvisación. Alejandro García, alcalde de Benicàssim, fue contundente: "Los 23.000 jóvenes asistentes han dado una lección de civismo y de excelente talante".

Disipados algunos recelos vecinales que se levantaron en anteriores ediciones ante la marabunta juvenil, ahora toca rendirse a las evidencias. "Es un gran escaparate turístico", señaló García, quien añadió que "el emplazamiento fijo facilitado por la Diputación ha servido para el despegue definitivo del festival". La indecisión municipal y el retraso en la adecuación de las nuevas instalaciones, tras los tres primeros años en el velódromo municipal, hicieron que llegara a peligrar su celebración. Esta vez, la Administración ha salvado el evento por los pelos. El alcalde prometió volcarse con este festival el año próximo. Alejandro García enumeró una serie de deficiencias que se intentarán subsanar. Así, consideró la posibilidad de levantar una concha acústica moderna, donde poder fijar los focos de luces y las torres de sonido; también citó la construcción de unos servicios de obra que sustituyan a los portátiles, unos espacios fijos que eviten los altos alquileres de las carpas, unas gradas para ubicar a parte de los espectadores, unas oficinas permanentes y la eventual plantación de césped en gran parte de los 100.000 metros cuadrados de la zona de conciertos estrenada este año, a la entrada sur de la población junto a la N-340. El alcalde tampoco quiso olvidarse de la zona de acampada que este año ha levantado numerosas críticas debido a la lejanía del recinto del FIB. "Intentaremos buscar otra ubicación", aventuró. A esas promesas se sumó desde la Diputación el vicepresidente, Víctor Campos, quien anunció mayores inversiones para sucesivas ediciones y sugirió la necesidad de mejorar los accesos para peatones y vehículos al actual emplazamiento. Campos reclamó la implicación de las instituciones en este "impulso definitivo". El subdelegado del Gobierno de Castellón, por su parte, destacó "la absoluta ausencia de incidentes". Vicente Sánchez Peral añadió: "Incluso se ha registrado un menor número de delitos y un descenso de los positivos en los controles de alcoholemía en relación con los fines de semana del resto del año". Parabienes En la foto sólo faltaba Miguel Morán, uno de los padres de la criatura, quien excusó su asistencia debido al agotamiento acumulado en las diversas jornadas del festival. Todo eran parabienes. El éxito no ofrece ningún tipo de discusión. Benicàssim se beneficia directamente de esa promoción extra que ha recibido. Un sondeo telefónico realizado ayer mismo entre directores de sucursales bancarias situaba en 300 millones de el dinero en efectivo extraído de los cajeros automáticos. "Si a ello añadimos el dinero de bolsillo, las compras con tarjetas de crédito y otros gastos podemos aventurar que los comercios de Benicàssim han ingresado entre 700 y 800 millones", aventuró el alcalde. Alejandro García excusó confirmar si el Ayuntamiento pretende adquirir los terrenos que tiene alquilados por cinco años para cederlos y la organización del FIB. Por ellos, el ayuntamiento paga unos tres millones y medio cada año. El Festival, que basa su éxito en la excelente programación que exhiben los promotores de la Sala Maravillas de Madrid, ha costado unos 300 millones.

El adiós de Comediants

La ceremonia de clausura del FIB-98 no desentonó con el certamen musical. La noche del lunes era la escogida por los organizadores para despedir por todo lo alto a la bandada de seguidores de la música indie que habían secundado la movilización general de Benicàssim. El antiguo escenario del FIB, el Velódromo municipal, acogió a un millar de incondicionales que degustaron el último montaje del grupo catalán Comediants. Tempus es una puesta en escena propia que gira en torno a la fragilidad del individuo frente al discurrir del tiempo. Siete actores representaron el ciclo festivo del año y una sucesión de inmortales seres fantásticos. Todo ello aderezado con una rica y versátil escenografía repleta, cómo no, de relojes. Comediants fueron uno de los platos fuertes del FIB en el marco de las actividades extramusicales. Pasada la medianoche, la compañía de Vila-real Xarxa Teatre regó de chispas al personal y lo condujo, compitiendo con la luna llena, hasta la playa. La dolçaina y la pólvora, sabiamente dosificada por esos especiales dimonis, apuraron de esa forma el FIB-98.

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