El vuelco de un camión cisterna corta cinco horas la N-401

La carretera N-401, que une Madrid con Toledo, quedó en la mañana de ayer cortada de la circulación durante cinco horas para desesperación de miles de conductores. El cierre, que ocasionó un atasco de hasta 20 kilómetros, se debió al vuelco de un camión cisterna con 20.000 litros de gasolina y gasóleo.

El accidente se originó sobre las cinco de la madrugada, cuando el vehículo, que circulaba por la M-402, iba a incorporarse a la N-401 por el carril de aceleración. El conductor, según la Guardia Civil, perdió el control y el camión cisterna quedó volcado a la altura del kilómetro 10 de la N-401. El combustible que almacenaba empezó a desparramarse por la calzada. Ante la posibilidad de que este líquido pudiese prenderse, la Guardia Civil decidió cortar la carretera nacional en ambos sentidos. "Se hizo por un motivo de seguridad y finalmente no ocurrió nada grave", señaló un portavoz de la Dirección General de Tráfico.

El corte de la circulación ocasionó, a medida que amanecía y aumentaba la intensidad del tráfico, un espectacular atasco en la N-401. Así, sobre las siete de la mañana, la retención en sentido Madrid alcanzó los 13 kilómetros de longitud, para poco después llegar hasta los 20 kilómetros (hasta la salida de Parla).

Para paliar el atasco, la Guardia Civil de Tráfico desvió el tráfico de llegada a Madrid en el kilómetro 12. Y los coches que salían de la capital fueron reconducidos en la misma M-40 hacia la N-V y la N-IV.

Hora punta

Sobre las ocho de la mañana, coincidiendo con la hora punta del tráfico matinal, la Guardia Civil abrió el carril central e izquierdo de la N-401 en sentido de entrada a Madrid. El restablecimiento completo de la circulación, sin embargo, no fue posible hasta las diez de la mañana, cuando el camión cisterna fue retirado por una grúa privada. "Es verdad que muchos conductores han sufrido molestias, pero las hemos intentado reducir al máximo con los desvíos", explicó un portavoz de la Dirección General de Tráfico.Desde que se registró el accidente, los bomberos de Madrid y de Getafe se afanaron en limpiar la calzada de combustible. También se dedicaron en el trasvase de la gasolina y el gasóleo que quedaba en los cuatro tanques del camión. "Cuando tuvo el accidente no iba lleno. El vehículo se dedicaba a abastecer a las gasolineras y posiblemente ya había efectuado parte de su recorrido", señaló un portavoz de los bomberos municipales de Madrid.

El combustible recogido por los bomberos fue entregado para su destrucción a una empresa privada de recogida de residuos.

El conductor del camión cisterna, de 24 años, resultó herido grave en el accidente. Una UVI móvil del 061-Insalud le trasladó al hospital Doce de Octubre. Sufría un traumatismo craneoencefálico moderado y fractura de brazo izquierdo.