El único gran rival de Merckx
Luis Ocaña ganó el Tour de 1973 y pudo hacerlo en 1971 si no hubiera sufrido su primera gran caída cuando llevaba más de siete minutos de ventaja a Eddy Merckx. Pero por encima de todo, incluido su triunfo en ausencia del campeonísimo belga, Ocaña ha pasado a la historia como el único gran rival del corredor que ha conseguido más triunfos en la historia del ciclismo. Nadie como él plantó cara a Merckx.Ocaña fue una de las grandes estrellas del ciclismo perdido hace ya años, aquél que se basaba mucho más en las propias fuerzas del corredor y no en la ayuda del equipo. Aunque las tácticas ya empezaban a ser colectivas, las batallas se dirimían, sobre todo, en los terrenos de la calidad individual de los protagonistas y en su capacidad para resistir o atacar desde casi el comienzo de las etapas más duras.
Ocaña no dejaba a sus gregarios hacerle más fácil el camino. Él mismo lo intentaba. Su carrera, en los días históricos del Tour desde 1969 a 1974 en que reinó Merckx, fue una guerra contra el belga en distintas batallas. Siempre resultan difíciles las comparaciones, pero resulta indudable que ser segundo en aquella época, como le sucedió a Raymond Poulidor frente a Jacques Anquetil, no es lo mismo para la historia, aparte de los fríos números, que haberlo sido en otras épocas sin gigantes.
Dos ausencias
Ocaña ha sido un caso emblemático de cómo una persona lucha y triunfa contracorriente. No sólo tuvo que superar sus primeros años en la emigración, sino después, ya como ciclista, enfrentarse solo a los rivales más fuertes. Aparte de Merckx, tuvo la oposición del equipo Kas, el más potente de su época, un adelantado a las tácticas de conjunto, pues casi siempre contó con un colectivo mucho más potente que las individualidades. Pero aún así Ocaña también tuvo que protagonizar luchas memorables con otro hombre ya desaparecido, José Manuel Fuente, quizá el kas más destacado de su brillante historia. El Tarangu no dejaba de ser un corredor lamentablemente limitado en llano y contrarreloj, lo que le impidió ganar bastante más, pero sí un ciclista con el carisma inigualable que proporcionan los grandes escaladores.El enfrentamiento con Merckx fue siempre más respetuoso, pero las polémicas con el equipo Kas llegaron a ser insultantes. Para empezar, más que otros, le conocían los de Vitoria como El Francés. O El Chepas, por su espalda cargada. Tuviera o no razón, casi todo le caía mal y en lugar de reconvertir cualquier polémica hacia la reconciliación, lo estropeaba. Su sino era tener la acidez por bandera.
Ocaña también ha sido el segundo ciclista español que ha llevado más veces el maillot amarillo del Tour. Lo hizo en 17 jornadas, por 15 de Pedro Delgado, el siguiente ganador español, en 1988, aunque ambos muy lejos de las 60 triunfales de Miguel Induráin. Pero ya eran otros tiempos y aunque la suerte también hay que buscarla, Induráin tuvo bastante más que Ocaña. Éste, incluso en eso fue un maldito.
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