La carrera más importante

Carlos Checa sabe que en las dos últimas semanas ha cruzado victorioso la bandera a cuadros más trascendental de su vida. Ayer regresó a casa y recordó a toda velocidad los momentos dramáticos vividos en un hospital de Nottingham (Inglaterra) como consecuencia del accidente que sufrió mientras hacía lo que más le gusta, pilotar una moto de carreras. Han pasado sólo 14 días desde que se cayó a más de 190 kilómetros por hora en el circuito de Donington Park, donde se entrenaba para el Gran Premio de Gran Bretaña, pero el piloto catalán, de 25 años, ha tenido ya tiempo suficiente para saborear su triunfo en la carrera por la supervivencia."Lo he pasado muy mal", explicó ayer a su llegada al aeropuerto de El Prat. "Siempre fui consciente de lo que ocurría, primero cuando me reventé por dentro, y, después, cuando perdí la visión, cuando no podía mover el brazo y se me escapaba la respiración". Después de superar una operación urgente en la que le extirparon el bazo, un coágulo en el cerebro tuvo a Carlos en el lindero más extremo, del que ha regresado más fuerte, si cabe. "No tengo miedo y lo que más deseo es volver a correr", añadió.

En un rincón de la sala un hombretón enorme no pudo contener las lágrimas mientras su hijo contaba los peores días. Alfredo Checa, el mismo que se rompió una pierna en un accidente de moto el día que su mujer, Dolors Carrera -¡vaya apellido predestinado!- estaba pariendo al futuro piloto, no se había separado del muchacho desde la crisis que puso en peligro su vida. "Sólo en estos casos llegas a comprender de verdad lo que significa la palabra sufrir", dijo hace unos días el padre cuando todavía su hijo estaba en la UCI del Queen"s Medical Center de Nottingham.

Carlos Checa repasó de forma emotiva su carrera más difícil: "No sabía quién era el rival, no tenía referencias. Alberto (Puig), Sito (Pons) y Manolo (Burillo) -responsables del equipo- me enseñaban la pizarra con las vueltas y me animaban a seguir. Repostaba combustible, que era la heparina -medicamento anticoagu-lante-. Sabía que todo el país estaba esperando el resultado, y al final ganamos. ¿Cómo? Los médicos y mis ganas de vivir han acabado por expulsar ese maldito coágulo".

"Tengo que agradecer a toda la gente que ha compartido mi angustia, que me ha arropado con sus corazones", continuó el monólogo, leído de una carta manuscrita por el propio piloto de Sant Fruitós de Bages (Barcelona), que aún no sabía que en su pueblo miles de personas, entre ellas su madre y su hermano David, le esperaban más tarde para recibirle formando una cadena humana. "Ahora volveré a ponerme la armadura y volveré al caballo de acero. Quiero volver a subir a la moto este año. Es lo que más deseo".

No existen, sin embargo, plazos para su total recuperación, aunque Checa iniciará inmediatamente, junto a su preparador de confianza Joan Carreras, el proceso para volver a competir en el Campeonato del Mundo de motociclismo cuanto antes. Quiere repetir éxitos como su reciente victoria en el Gran Premio de Madrid de 500cc. Y uno que le conoce bien, pero que prefiere el anonimato, apunta: "Si está tan bien como parece, si no le quedan secuelas, puede que corra en Montmeló", el Gran Premio de Catalunya se disputa el 20 de septiembre. De momento, en su escudería ni han pensado en un piloto que le sustituya, y las motos de Carlos y sus mecánicos no han viajado al Gran Premio de Alemania, que se disputa este fin de semana en Sachsen Ring.

En cualquier caso, para conseguir tan osado objetivo, Checa tendrá que seguir sorprendiendo a los médicos, los de aquí y los de allí, que aún no se explican del todo su trepidante evolución, aunque reconocen que ya no existe ningún riesgo. El Toro -ésa es su mascota y su apodo- también deberá recuperar la forma física necesaria para la alta competición, pues la pérdida de peso y de masa muscular son evidentes, pero ésa parece tarea sencilla para un tipo valiente que ya ha ganado la carrera más difícil.