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El federalismo marca el análisis sobre los 15 años de autogobierno

María Fabra

La autonomía, quince años después era el título de la mesa redonda en la que participaron ayer, en Morella, los tres presidentes del Consell, Josep Lluís Albiñana, Enrique Monsonís y Joan Lerma. A ellos se unió Manuel Tarancón como ex consejero de Agricultura del Consell preautonómico. Sin embargo, tras la intervención de todos ellos con sus particulares formas de analizar la historia reciente de la Comunidad Valenciana llegó el verdadero debate, auspiciado por Monsonís, sobre el federalismo.

El más tajante fue Manuel Tarancón, que aseguró: "Estamos en un camino irreversible hacia un Estado federal. Hemos estado 15 años haciendo un Estado federal, aunque nadie se atreve a decirlo. Toda España vive un proceso de federalización y caminamos hacia ese concepto". Las posturas expuestas a este respecto fueron diversas. Albiñana afirmó que el federalismo no es más que una "huida adelante". Lerma se posicionó en contra de "la desarticulación del Estado", mientras que Monsonís apuntaba ser partidario de un Estado federal "y lo más parecido a un Estado federal es un Estado federal". A esta elocuencia añadió: "Estoy absolutamente a favor de defender a las autonomías pero en contra de los privilegios". La situación en la que quedarían los partidos nacionalistas fue una cuestión añadida al debate, aunque ninguno de ellos llegó a una explicación clara. Joan Lerma sí apuntó que éstos no serían aceptados por un Estado federal y puntualizó que las autonomías no pueden ser identificadas con los nacionalismos. El análisis de los 15 años de autonomía, incluido en unas jornadas organizadas por el Ayuntamiento de Morella y la Universitat Jaume I, fue absolutamente singular en cada caso. Josep Lluís Albiñana inició su intervención dejando bien clara su intención de no exponer ningún tipo de opinión acerca de los distintos gobiernos autonómicos. Dos metas Albiñana efectuó un repaso histórico desde la transición, que calificó de un proceso de "violencia controlada", pasando por la descomposición de la UCD y el primer Consell preautonómico, en el que "se marcaron dos metas; pasar por los trámites constitucionales y convertirse en gestor para conseguir la autonomía". Tarancón centró su exposición también en la transición hacia la autonomía, aunque remarcó la vía de acceso a la misma y la cobardía de los legisladores al no procurar la desaparición de las instituciones que constituían el "viejo estado". Monsonís utilizó una oratoria más personalista respecto a su intervención en el proceso y señaló su parecer sobre la "falta de interés del PSOE y de UCD de que hubiera más autonomía". Por su parte Lerma habló de sus antecesores a los que se refirió como "la representación de la ilusión y la expectativa", en el caso de Albiñana y como representante de la "frustración, marcada por un momento de freno al proceso de autonomías", respecto al trabajo de Monsonís. Por otra parte, resaltó el hecho de que la Constitución sólo marcara las vías de acceso, por lo que la definió como "autonomizable y no autonómica".

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