FUERA DE COMBATE

Una larga noche de fiesta, buenas dosis de alcohol, ambiente sofocante y una mujer fueron los ingredientes que alteraron los ánimos de un grupo de alumnos del Curso de Operaciones Especiales de la Escuela Militar de Montaña de Jaca (Huesca), que pusieron en la madrugada de ayer en un comprometido aprieto al comisario jefe de Alicante, Carlos Oñoro, que tuvo que movilizar a sus hombres para frenar los desmanes de los militares que celebraban el fin de curso en un discobar de moda tras superar la semana de evaluación en el acuartelamiento Cefive de Alicante. El grupo de 18 alumnos y el profesor, vestidos con uniforme de campaña pero sin armamento, decidieron tomar unas copas en la zona portuaria, y alrededor de las cinco de la madrugada surgió una disputa con civiles que salieron en defensa de una joven a la que al parecer soliviantaron los primeros. Avisado el 091 de la gresca, la tormenta pareció amainar cuando los policías nacionales identificaron al jefe del grupo, pero se recrudeció cuando un sargento se negó a facilitar sus documentos a una patrulla de la policía local que intervino en el suceso. Como en las películas americanas que se recrean en batallas campales entre salvadores de la patria de cuerpos distintos, al cabo de unos minutos los civiles asistían atónitos a la fenomenal pelea a puñetazo limpio que se desencadenó entre todos los uniformados. El resultado final: varios militares y policías asistidos en el hospital por contusiones y heridas de carácter leve, y dos suboficiales y un oficial detenidos. Pocas horas después, un avión militar evacuaba al resto del grupo con destino a su base en las montañas, a los que se sumaron al mediodía sus mandos después de prestar declaración ante el juez. El Ejército de Tierra anunció ayer la apertura de una investigación oficial para esclarecer los hechos y depurar responsabilidades entre sus hombres.-