La soledad del delantero centro
Los arietes se han convertido en mensajeros del individualismo
El delantero centro es el único jugador del equipo que sale al campo pensando en qué va a hacer cuando marque un gol. Lleva en la cabeza el gigantesco póster o la portada a toda página que sabe que va a ocupar. Ya se sienten símbolos icónicos: ¿qué pose me va mejor? ¿trascendente? ¿o ¿como mirando el horizonte sobre un pedestal? Eso va en gustos, pero todos igual, siempre solos, sin explosiones de alegría espontáneas, huyendo de compañeros que puedan hacer borroso su ombligo. A falta de estrellas futbolísticas, este Mundial está repleto de estrellas publicitarias. El delantero centro sobre todos. Ya más solo que el portero. Porque a ello le obligan las tácticas de su equipo y porque desean convertirse en "mensajeros del individualismo"."Sus condiciones de trabajo son más difíciles que en anteriores Mundiales", analiza el técnico Didier Braun en L'Équipe. "Les falta espacio, les faltan apoyos. El juego de ataque se ha convertido en un asunto de inspiración individual. Se defiende en equipo, se ataca en solitario. Las combinaciones de ataque se hacen raras. Los jugadores de punta solicitan balones en profundidad (Vieri ante Noruega, Ronaldo habitualmente), por el centro de defensas muy cerradas. Se acabaron las paredes, los pases cortos en el área. Ronaldo y Bebeto van por libre, cada uno por su lado. Igual hacían Salas y Zamorano". Las excepciones las marcan precisamente los delanteros de los equipos que más aprecio están logrando. Henry y Trezeguet en Francia, Ortega y Batistuta en Argentina, Overmars y Bergkamp y todos en Holanda (cinco goles a Corea, cinco goleadores diferentes).
El primer informe de la comisión de estudios técnicos de la FIFA resalta este hecho como uno de los más claros del Mundial. "El papel de los delanteros en punta es fundamental, lo que ya se vio en 1994", refleja el francés Gérard Houiller, uno de los técnicos de la comisión. "Constituyen un arma importante para su equipo".
No hay nada nuevo. Y lo que proponen los nuevos profetas (Noruega) es el antifútbol con filosofía. Los amantes del fútbol no se quejan de eso, se han hecho tan realistas-fatalistas que en todo caso piden un regreso a lo viejo. Sin embargo, el informe refleja una regresión, pese a reconocer una mejora en el nivel técnico de los futbolistas y un gran aumento de la intensidad física de los equipos. "La ausencia de presión en todas las zonas del campo es notable", dice. "Aunque se presiona más al jugador que tiene el balón. El único equipo que ha practicado una presión real, Escocia, ha salido penalizado". Otro aspecto negativo: "Los centrocampistas son muy buenos técnicamente, pero por regla general les falta creatividad, aunque, eso sí, marcan más goles". Otras conclusiones hablan del papel del centrocampista de cierre, "una tarea que a veces realiza el líder del equipo, como el brasileño Dunga, el francés Deschamps y el argentino Almeyda".
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