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Tribuna
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Defensivismo y tacticismo

Jorge Valdano

... En este Mundial se consolidaron dos modos de represión: el defensivismo (Italia) y el tacticismo (Noruega). En el primer caso, a los jugadores se les impide atacar (a algunos hasta jugar: Baggio) y en el segundo la computadora les impide pensar. Estas dos escuelas de no perder se enfrentaron en octavos y en cada minuto de partido era irremediable pensar que a los que estábamos ahí, como espectadores, nos estaban hurtando cosas serias. Pedro Ochoa, gran jugador argentino de los años veinte, explicó con la claridad de un niño el proceso creativo de un jugador y es precisamente esa ingenuidad la que le pone mejor luz al tema: "¿Si pienso la jugada?. A veces sí, pero cuando paso a un rival y me sale otro y otro, ya no se puede pensar nada porque la cabeza no da. Entonces las piernas se encargan de seguir haciendo el regate". Qué piernas ni piernas, ahora mismo todo debe pasar por el cerebro... del entrenador.... Con el siglo parece irse, también, el talento muscular. De hecho todo jugador que recibe una pelota busca, entre una tormenta de ideas, una solución ajustada a su medida; en esa criba mental algunos, y sólo a veces encuentra una piedra preciosa porque la excelencia necesita de un lugar, de un momento y de un talento superior. Permiso para esa aventura (la de crear) sólo la tienen un par de hombres por equipo y siempre que sea en zonas no militarizadas.

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Ramos de flores para la selección iraní

... Mondragón, portero de Colombia, había realizado un partido inolvidable que no alcanzó para salvar al equipo de la eliminación. Cuando finalizó el partido se puso a llorar de rabia en el patio de su casa (la portería) y a la vista de todo el mundo. Conmueve la derrota del luchador. Entonces empieza el desfile de los jugadores de Inglaterra, que le arriman consuelo. Pasa Beckman, Adams, Seaman... y esa ceremonia empieza a parecer un homenaje a la vergüenza. También con actitudes se hace grande al fútbol.

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