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Cansinos da votos

CARLOS COLÓN Tras los dos volúmenes dedicados a la obra narrativa de Chaves Nogales, a los que siguió otro par con las novelas sevillanas de José Más, la Diputación de Sevilla presenta en su Biblioteca de Autores Sevillanos la Obra Crítica de Rafael Cansinos Assens (Sevilla 1870-1964), autor imprescindible para entender la literatura de crítica y de creación de la España del siglo XX y cómplice insustituible para descubrir en nosotros la raíz de pasión de una Sevilla semítica que sabe a leche y a miel, amada con el deseo desbordado del Cantar de los cantares y temida con el miedo del Sansón que conoce la fuerza absoluta -constructora y destructora- de la Dalila infame. La familia de Cansinos dejó Sevilla cuando éste era muy joven, para diluir "el orgullo melancólico de decaídos esplendores" -de paso: qué magnífica descripción del ser sevillano- en el anonimato de la gran ciudad. En este viaje "del jardín andaluz al yermo de Madrid", su ciudad natal y el sur se convirtieron en una perdida tierra prometida, cantada con una prosa bíblica que quema de pasión. Pero no hay que equivocarse. Como escribe Alberto González Troyano en el prólogo de esta extraordinaria edición, "la literatura es su territorio determinante y el del compromiso consigo mismo". Cansinos no creó desde la nostalgia, sino gracias a ella. Su obra -también la más vinculada a Sevilla- es hija de la distancia. "Hay que retirarse heróicamente -escribió- a los yermos de la soledad y la concentración para esquivar la tentación de la vulgaridad lírica que en la próvida tierra andaluza solicita con tan presente apremio a los poetas; para eludir la poesía fácil de los cielos demasiado azules, de los campos demasiado floridos, de todo eso que entre nosotros es la gala cotidiana y el ornamento de las criadas... Prueba de esto es que los más intensos poetas sevillanos son los que elaboran lejos de Sevilla". Este libro servirá para la recuperación de un nombre esencial de la literatura española. Intramuros, servirá también como lúcido diagnóstico del mal de amor que nos ató para siempre a la ciudad, o como aviso para jóvenes que aún pueden huir de su abrazo de Gorgona. Y hasta servirá, concluido el proceso de las primarias, como programa de cultura del candidato socialista a la alcaldía, actual presidente de la institución responsable de esta edición, que además de poder presentar como mérito la ejecutoria del Área de Cultura de la Diputación, debería pensar hacer suyas estas palabras escritas por Cansinos: "Creo que hay que tener el valor de poner epitafios definitivos sobre muchas ruinas..., y abrir grandes vías al porvenir. Pienso que se debe amar la belleza e imponerla en la vida, pero no a costa de ningún dolor, y que se debe estar pronto a sacrificarla por el bienestar de la criatura más humilde... Sueño con un futuro en el que las masas vivan alegres en un mundo equitativo, moral y armónico, donde el arte surja espontáneo y natural y el genio no tenga ya ese gesto feroz de monstruo acorralado...". Haga suyo Monteseirín este ideario, y verá como Cansinos da votos.

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