_
_
_
_

Ansiedad a dos bandas

España se juega ante Bulgaria su última posibilidad en el Mundial y espera el resultado del Nigeria-Paraguay

Santiago Segurola

España afronta el último partido de la primera fase del Mundial en una situación indeseable. Dos semanas después del comienzo del torneo, la distancia entre las expectativas y lo obtenido es abismal. La frustración preside el enfrentamiento con Bulgaria, un partido sometido a demasiadas claves, algunas ajenas a la voluntad del equipo español. Puede clasificarse con una victoria e incluso con un empate, pero el destino no está en sus manos. Depende del resultado que consiga Paraguay frente Nigeria, que está clasificada, que ha obtenido el primer puesto y que tendrá bastante cuidado en preservar a sus mejores jugadores de las tarjetas y de las lesiones.Casi todos los factores son negativos para la selección. Si hay que hablar desde los precedentes, España está abocada a un partido complicado, tanto por la ansiedad que le supone al equipo como por el mal juego que ha desplegado en los dos encuentros anteriores. Por fortuna, en las últimas horas se ha producido un cambio considerable con respecto al clima anterior. Aunque todavía enredado en una actitud belicosa, Clemente afrontó algunas responsabilidades tras el empate con Paraguay. Es cierto que desvió alguna atención sobre los jugadores, una postura probablemente más relacionada por el aturdimiento que le provocó el resultado que por un deseo real de acusar a los futbolistas. Con un factor indiscutible, los jugadores están muy por debajo de sus prestaciones normales, aunque no les guste escucharlo.

Más información
Clemente ensaya un equipo sin Raúl

Desfondamiento

En el actual estado de desfondamiento, no ha habido más remedio que afrontar el partido contra Bulgaria con la consideración que se merece. El principal problema de la selección y de Clemente ha sido obviar los dos primeros encuentros, convertirlos en un suceso secundario frente al ruidoso conflicto que pretendió crear Clemente. La desestabilización terminó por afectar a los jugadores, que difícilmente pueden permanecer ajenos a la polémica en un medio tan reducido. Sobreponerse a estas condiciones adversas resultó imposible. Ni Clemente, ni sus jugadores, enfocaron adecuadamente dos partidos que no eran dos partidos cualquiera. Eran partidos de la Copa del Mundo.Frente a Bulgaria hay indicios positivos. Se habla y se conoce al adversario. No es un equipo que llega de improviso, sin apenas datos sobre sus cualidades y defectos, como sucedió con Paraguay. De aquel partido se sacó una conclusión inmediata: Paraguay disponía de bastantes más datos sobre la selección española que Clemente sobre los paraguayos.

En esta ocasión será difícil que Bulgaria sorprenda. Se la conoce en todos los sentidos: por la proximidad que genera la presencia de jugadores como Stoichkov o Penev o por el enfrentamiento en la pasada Eurocopa. Desde entonces, apenas se han producido cambios en un equipo que mantiene sus constantes, una tendencia evidente a la anarquía, un dominio con puño de hierro de la vieja generación -Stoichkov, Ivanov, Balakov, Kostadinov y Penev- y la sensación de que la mayoría de sus jugadores están de vuelta. Bulgaria no ha jugado ni bien ni mal en los dos partidos. Ha jugado a su manera, con errores espectaculares -su defensa es vulnerable en lo táctico y por la deficiente condición física de algunos de sus jugadores- y con una innegable capacidad para llegar al área rival. Lo único extraño es que Bulgaria haya encajado tan pocos goles y no haya marcado. Tampoco parecen demasiado afectos. Fuman, beben y se escapan por la noche. Están relajados. ¿Para bien o para mal? Habrá que verlo.

Momento crítico

En cambio, la selección española pasa momentos críticos. Hay un exceso de tensión porque ahora se advierte el exceso de responsabilidad. La eliminación abriría una crisis formidable en torno a un equipo que estaba llamado a tener un papel protagonista. Los aficionados no acaban de entender el proceso autodestructivo que se ha generado.Clemente tuvo interés en complicarse la vida y lo consiguió. Pero todavía queda algún margen de maniobra. España deberá aprovecharlo. Por historia y por jugadores es mejor que esta Bulgaria. Es hora de confirmarlo y de confiar en Nigeria.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_