Tío del bigote
Hasta hace bien poco decir Estados Unidos-Irán era poco menos que hablar de la tercera guerra mundial. Hoy es sólo un partido de fútbol que se juega esta noche. Hace veinte años, en el bando norteamericano jugarían Lee Marvin y Chuck Norris en una nueva versión de Delta Force para golear a los iraníes y de paso liberar al medio centenar de rehenes que Jomeini tuvo secuestrados 444 días para hacerle gratis la campaña electoral a Ronald Reagan. Hoy juega en Lyon el rey de la selva, que manda en todos sitios menos en el fútbol. ¿A cuál de sus dos enemigos apoyará Sadam Hussein? ¿En qué escondrijo verá el partido Salman Rushdie? El escritor condenado a muerte por una ominosa fatwa le ha puesto Milan al primer hijo nacido bajo esta persecución. No por Maldini o Berlusconi, sino por Milan Kundera y el mestizaje; milan en hindi significa mezcla. Delta Force fue éxito de crítica y público en el Ideal, cine de verano de la Alameda ahora convertido en campo de futbito. Este partido parece un capítulo que se hubiera escapado de la última novela de Tom Wolfe. Los norteamericanos usaban los pies sólo para ponerlos en la luna hasta que Henry Kissinger se propuso evangelizarlos. Al ex secretario de Estado le hubiera gustado ser Pelé, con el riesgo añadido de correr la suerte de Rodney King, el negro pateado por un grupo de salvajes policías blancos. Cuando Jomeini regresó del exilio francés, donde lo veneraban los próceres del progresismo, el Sha hizo las maletas y su país dejó de ser territorio vaquero del ¡Hola! Irán en Francia, en el paraíso perdido del ayatolá. "Los persas me parecen españoles, más españoles que yo: todos tienen cara de guarda jurado", escribía Gil de Biedma cuando hizo escala en Teherán en su regreso a Barcelona desde Manila, donde había ido para realizar un informe para la Compañía General de Tabacos de Filipinas, S.A. El dictamen del poeta es de 1956, año olímpico (Melbourne). Pasaron 11 Mundiales, pero ahí están los persas; los únicos que juegan con bigote, atributo capilar en desuso, como el vello en los ciclistas o las tetas en las gimnastas. El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Kamal Jarazi, se ha entrevistado en Madrid con Alfonso Cortina, presidente de Repsol, que patrocina a la selección de Clemente 98. Sin plomo y con Hierro.
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