Plante a la argentina

Daniel Passarella irrumpe en el escenario del salón de actos del centro de deportes de L"Etrat, donde reside Argentina. Tras él, una fila de 24 sillas vacías aparecen ordenadamente. Unos 200 periodistas argentinos -ese día está prohibida la entrada a la prensa extranjera- asisten atónitos a una escena, próxima a una función surrealista. Nadie entiende nada: algo pasa. Policías acompañados de perros adiestrados acaban, además, de revisar su equipaje. Y encima les conducen a un teatro en lugar de estar junto al césped, donde suelen hacer las entrevistas. Passarella insinúa algo: habla de pasada de Jamaica, su próximo rival, y alude a la moral del equipo. Poco más. El jueves por la tarde estalla la guerra con la prensa.En fila india, los jugadores salen a la tarima y ocupan las sillas. Cholo Simeone, el capitán, hace lectura de una nota de protesta. "... Ha atacado a la moral de las personas al hablar mal de los compañeros. Como el caso del dopaje o de peleas internas . Estamos dispuestos a las críticas más duras pero no a que se juegue con nosotros por la necesidad de llenar espacios. Perjudicáis la imagen de nuestro país y sólo queremos estar unidos para ganar la Copa del Mundo". Acto seguido se anuncian las nuevas reglas: a partir de ese momento, un periodista tendrá que alzar la mano, decir a quién quiere preguntar y esperar la respuesta. Y, así, sucesivamente. Todo para que los otros 21 jugadores sean testigos de las declaraciones. Entonces se estableció un diálogo de besugos.

Periodista. Esto es incómodo. Estamos separados como en un teatro.

Simeone. ¿Tan difícil es hacer una pregunta delante de todos?. Verón. Hablemos de fútbol, no de chismes, peleas internas.. Hablemos del partido.

Simeone. No hay nada que esconder. Contestaremos desde acá para que no creen dudas.

P. Ustedes son 22 y con ese sistema perderemos tiempo...¿Qué vais a hacer con la prensa extranjera que no tiene ninguna culpa?

Simeone. Mientras estemos acá se hará de la misma manera. En principio se hará así.

P. Se nos coarta la libertad de expresión. No podré hacer cuatro preguntas seguidas a Batistuta o a Ortega.

Simeone. No se coarta. Sólo se trata de imponer más orden.

P. Para muchos es nuestro primer Mundial y nos jugamos mucho..

Batistuta. Sí, y nosotros no nos jugamos nada...

P. ¿Sabéis que los rumores van a seguir saliendo?

"¡Vámonos!" Un grupo de periodistas abandona la sala. Batistuta se queja de que no escucha.