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Segunda sentencia de absolución por tráfico de inmigrantes en dos semanas

Los juzgados de Girona emitieron ayer la segunda sentencia absolutoria por tráfico ilegal de mano de obra en dos semanas. La titular del juzgado número 1 considera que no hay suficientes pruebas para condenar al camionero italiano Antonio Lanza, que el 25 de enero fue detenido en Sils (Selva) con 32 inmigrantes ilegales ocultos en su camión. La juez estima que la acusación del fiscal se basó en suposiciones y destaca que los defectos en la instrucción de los Mossos d"Esquadra impidieron reunir una sola prueba de cargo.

Los Mossos d"Esquadra no tomaron declaración formal a ninguno de los inmigrantes magrebíes que encontraron ocultos entre la carga del camión. Esta laguna en la instrucción impidió que la declaración efectuada en el juicio por un policía, a partir del testimonio de uno de los inmigrantes, pudiera ser tomada en cuenta por la juez. El pasajero clandestino relató al agente la ruta seguida por el camión y los supuestos puntos de contacto donde se había cargado a los magrebíes. La sentencia hace referencia a la incomprensible ausencia de los inmigrantes en el proceso: llama la atención la falta de audiencia a quienes la propia acusación considera perjudicados directos y, en cualquier caso, a los que se vieron implicados en los hechos. Una de las pocas pruebas practicadas, la lectura del tacógrafo del camión, corroboró las tesis de la defensa, al negar que la ruta del camión tuviera su punto de partida en Algeciras. Antonio Lanza, que se enfrentaba a una pena de tres años de cárcel, declaró ante el tribunal que los inmigrantes se colaron en el remolque sin su consentimiento, mientras su camión permanecía aparcado junto a un restaurante. Según explicó, cuando fue detenido se dirigía a un lugar apartado para hacerles bajar sin levantar sospechas. Lanza ha permanecido encarcelado más de cuatro meses. Durante el juicio, celebrado hace una semana, ya se evidenció la falta de pruebas en su contra y la juez decretó su libertad provisional. El pasado 28 de mayo, otro tribunal de Girona absolvió del mismo delito al marroquí Lakbir Aitsaláh, organizador del viaje del camión que sufrió un accidente de circulación en Capmany en el que murieron 11 inmigrantes ilegales. En aquella sentencia, el juez reconocía que el marroquí reunió a los inmigrantes y pactó su viaje en camión, pero advertía que el Código Penal español no castiga estas conductas. La resolución judicial, contra la que ha recurrido la defensa de los cuatro magrebíes que sobrevivieron al accidente, causó estupor y indignación entre las organizaciones no gubernamentales y en sectores políticos.

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