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Entrevista:

LA CHARANGA HABANERA ORQUESTA CUBANA DE SALSA "Lo realmente importante es que la música cubana invada los mercados del mundo"

La Charanga Habanera es, junto a Los Van Van y El Médico de la Salsa, la orquesta más apreciada por los bailadores cubanos. Una vez conquistado el corazón de sus compatriotas, diez años después de su fundación, su objetivo es triunfar a nivel mundial con una música salsera y desenvuelta, guiada por ritmos tropicales saturados de percusiones, teclados y refulgentes metales, y unos textos de lo más picante. Tremendo delirio, disco recien editado en España por Universal, es, obviando el morbo alimentado por la censura que han merecido sus atrevidos movimientos sobre las tablas -les han llamado orquesta erótica-, su más reciente tarjeta de presentación. Hoy, a las 22.00, el cantante David Calzado, interlocutor en la siguiente entrevista, se pondrá al frente de 14 músicos que harán bailar a quien se acerque al Kafe Antzokia de Bilbao. Pregunta. Tremendo delirio ha sido un éxito en Cuba. Respuesta. Sí, ha sido un escándalo. Los de Cuba están muy contentos con este disco y no creo que los internacionales se vayan a disgustar con él. El pensamiento del productor, el español Jaime Stinus, en conjunción con el mío trajo un sonido bastante interesante, novedoso. Creo que el disco tiene candela. P. ¿Cómo surgió abrir el disco con una versión del No estamos locos de Ketama? R. Queremos tener un contacto con el pueblo español y nos pareció que hacer una versión de un grupo como Ketama, que hace una música de tanta calidad, sería un punto de partida. Como estrategia de mercado nos parece que puede funcionar muy bien. Nuestro sueño es triunfar en el mundo. P. ¿No opina que la música de su país es bastante impermeable a otros estilos? R. Los cubanos somos bastante regionalistas, igual que los españoles. Lo realmente importante es que nuestra música invada los mercados del mundo. Una vez que esto suceda, quién sabe si incluiremos otras influencias. Pero, por el momento, queremos mantenerla bien nuestra. P. En sus inicios recreaban la música cubana de los años cuarenta y cincuenta. R. Sí, fue un negocio que se nos puso en las manos, nos daba un resultado económico muy bueno y nos ponía en una plaza como el Sporting Club de Montecarlo ante un público millonario y junto a figuras como Frank Sinatra y Tina Turner. En ese trabajo nos pedían música tradicional cubana y pensamos que era válido; por eso hicimos ese repertorio. Luego pasamos a música contemporánea porque es lo que sentimos realmente. Vivimos en esta época, somos músicos de esta generación. P. ¿La censura ha moderado su ímpetu en escena? R. No, salimos con la misma puesta escénica. La censura no significa que tengamos que cambiar, porque mucha gente quiere nuestro trabajo de esa manera y no vamos a renunciar a ello. El público es el que manda. P. ¿Por qué son tan picantes sus letras? R. Porque mi país es así. Esa picardía con que el pueblo vive es la picardía con que yo canto. Pero todos los textos están muy bien pensados, no es nada fruto del azar. Incluso, producto de la chispa mía, hemos hecho algunas innovaciones en el lenguaje cubano. Por ejemplo, le puse wanikiki al dinero y ya todo el mundo le dice así, hasta los dirigentes. P. ¿Es fácil la vida diaria en la isla? R. Para mí y para mi familia es fantástica. En todos los lugares del mundo hay gente que tiene la vida difícil y otros que la tienen fácil. Pero eso es universalmente. P. Ustedes cantan: "Mi amor, cuídate, usa condón". ¿Falta información al respecto en Cuba? R. Bueno, allí no hay hábito de usar el condón. Es una canción con la intención de ir metiéndoles a los cubanos, por lo menos en la mente, que es una cosa necesaria. Fue encomendada para una campaña contra el sida. P. ¿Qué opina de su competencia, Los Van Van y El Médico de la Salsa? R. Son magníficos artistas, tienen un gran talento y están haciendo una música maravillosa. Son el aliciente para mantenerme y nuestra relación es magnífica. Tenemos que demostrar que la música cubana vale, no tener problemas entre nosotros mismos. P. ¿Los grupos de rock son una amenaza para su privilegiada posición? R. Para nada. En Cuba ahora mismo el rock tiene un público bastante limitado. Tenemos un absolutismo terrible sobre cualquier otra manifestación musical. A mí, particularmente, el rock cubano no me hace muy feliz. No me parece muy auténtico.

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