"Me veo en la agrupación de Vallecas pegando carteles"

Juan Barranco Gallardo (Jaén, 1947) ha trabajado en casi todas las trincheras de la política madrileña. Fue diputado nacional por Madrid a los 32 años, primer teniente de alcalde a los 36, alcalde a los 39, y senador a los 42. Ahora, con 50, anuncia su retirada del Ayuntamiento de Madrid, la institución en la que gobernó desde la muerte en 1986 de Enrique Tierno Galván, hasta 1989, año en que perdió la alcaldía por una moción de censura pactada entre centristas y populares. Desde entonces se afana en su banco de jefe de la oposición para destapar las debilidades de la derecha. El pasado viernes decidió hablar con EL PAÍS para anunciar su adiós: "Lo primero que haré cuando el partido elija la persona que competirá por la alcaldía será poner mi cargo de portavoz a disposición del candidato y de la ejecutiva. Y lo último que haré cuando me marche de aquí, además de dar las gracias a mis compañeros y a los madrileños, será facilitar mi declaración de bienes y la de mi mujer a los periodistas".Pregunta. ¿Por qué se va?

Respuesta. Hay que mirar al futuro. Llevo 14 años aquí y creo que hay que buscar gente nueva e intentar relanzar el proyecto. Creo que tenemos posibilidades de ganar en esta ocasión porque la derecha lo está haciendo realmente mal, su proyecto está agotado y eso se está reflejando en las encuestas. Por primera vez en la historia de este Ayuntamiento, el alcalde aparece con menos apoyos que el jefe de la oposición. Eso demuestra el fracaso y desastre del PP. Y además, estamos acortando terrenos.

P. ¿Desde dónde piensa colaborar con el partido?

R. En lo que queda de año, si lo consideran oportuno mis compañeros, desde el puesto de concejal, como senador y como militante. Pondré la experiencia que tengo acumulada y las ideas de futuro que tengo sobre Madrid a disposición del candidato. Pero las primarias no deben ser solamente caras nuevas, sino que detrás tiene que haber ideas y proyectos. Debemos tener el coraje de plantear nuevas fórmulas de acercar la política al ciudadano.

P. Por ejemplo...

R. Debemos plantear una reforma de la Ley Electoral, que las listas de los distritos sean abiertas, la elección directa de alcaldes en segunda vuelta, la realización de auditorías ciudadanas y referendos municipales para acercar a la mayoría de los ciudadanos a las instituciones. El PP ha gobernado con un talante muy intransigente con sindicatos, con movimientos ciudadanos y con funcionarios. Ese talante les va a derrotar. Nosotros debemos promover nuevos proyectos para revitalizar la capital.

P. ¿Qué proyectos?

R. Ampliar los recintos feriales, crear viveros de empresas para jóvenes, operaciones parecidas al Campo de las Naciones, construir un segundo aeropuerto, abrir una Ciudad de la Ciencia y la Técnica que fuera la mejor de España, y crear más auditorios populares de música y un centro de vanguardia europea donde todos los que tengan algo que mostrar puedan tener un escaparate.

P. ¿Se ve como concejal en el próximo mandato?

R. No me veo. Me veo más de presidente de la agrupación socialista de Vallecas pegando carteles. Pero desde cualquier puesto voy a colaborar para ganar las elecciones del 99 y lo haré con gusto, con el mismo gusto con el que me enfrento a la derecha.

P. ¿Le parece adecuada la apuesta que su partido va a hacer en las elecciones autonómicas con Cristina Almeida como cabeza de lista?

R. No. Me parece un error. Acato el resultado del comité regional, pero sigo pensando que lo que se ha hecho es un error. Debieron hacer compatibles las primarias con el pacto de progreso. Las primarias han generado una ilusión en este partido como yo no había vivido desde el año 1982, y cercenar esa ilusión me parece un error. Además, el acuerdo de progreso era posible sin necesidad de anteponerlo al voto de los militantes. Yo he escuchado un discurso de la ejecutiva en el que decían que debíamos conseguir votos del centro y había que buscar candidatos con perfiles centristas. Y sin solución de continuidad hemos pasado de ese discurso del centrismo a la unidad de la izquierda. El acuerdo se ha hecho con oscurantismo y refiriéndose a encuestas que favorecen supuestamente la opción de la candidata elegida pero que nadie conoce y, por tanto, no se pueden valorar. Es un ejercicio de oscurantismo e irracionalidad como yo no he visto desde hace mucho tiempo en mi partido.

P. ¿Se siente estafado?

R. No lo sé. Sólo sé que me molesta un poco que hablen de encuestas que no quieren enseñarme; es irracional.

P. ¿Ha pedido usted oficialmente esas encuestas?

R. En varias ocasiones. Y me han dicho que me las iban a enseñar y todavía estoy esperando.

P. ¿Existen?

R. Creo que sí. No sé si son encuestas o eso que llaman estudios cualitativos. A lo mejor no las enseñan porque lo que dan esos estudios no son precisamente datos que avalen la decisión tomada.

P. ¿Por qué cree que se ha hecho este acuerdo?

R. No lo sé. No puedo hacer juicios de intenciones, pero utilizan como argumento unas encuestas desconocidas. Y además, ¿cómo te puedes negar a buscar el consenso interno para hacer compatible las primarias con el pacto de progreso? ¿Cómo se puede negar una solución de consenso y lo que les niegas a los de dentro se lo das a los de fuera, y darles más de lo que te han pedido? No entiendo cómo se quiere construir la unidad de la izquierda sobre la división interna del PSOE. Tampoco entiendo cómo se pretende construir la unidad de la izquierda desde el reparto de los cargos como primera decisión. Lo que me temo es que el PSOE no va a poder gestionar el resultado de 1999, o lo hará en menor medida de lo que sería deseable.

P. ¿Le ha tocado la lotería a Nueva Izquierda con este acuerdo?

R. Creo que a Nueva Izquierda, según ellos mismos han confesado, se les ha dado más de lo que han pedido. Yo he visto declaraciones en las que, además de la ilusión, decían que estaban dispuestos a llevar esto adelante aunque fuera por uno a cero y en el último minuto. No creo que sea un espíritu muy constructivo. Y hay otra cuestión, conozco los resultados electorales de estos amigos cuando iban todos juntos en IU. Cuando en el 96 se presentó Anguita junto a Cristina Almeida, Diego López Garrido..., sacaron un 11% y el PSOE un 34%. No sé ahora, fraccionados, qué aportan.

P. El diputado José Barrionuevo rechazó la candidatura de Almeida por la oposición radical que había hecho al PSOE. ¿Opina usted lo mismo?

R. No voy a entrar en si me gusta o no me gusta. Creo que Cristina Almeida podía haber ido perfectamente en una candidatura del PSOE, pero yo como militante de este partido soy solidario con Pepe Barrionuevo y creo en su inocencia.

P. ¿Quien no crea en esa inocencia de Barrionuevo puede encabezar una lista del PSOE?

R. Parece ser que sí. Aunque yo tengo mis dudas de que sea bueno que los candidatos ideales sean aquellos que no hayan tenido nunca carné del PSOE.

P. Eso invalida al independiente José María Mendiluce para ser el candidato a la alcaldía.

R. No. Lo que pasa es que hay unas personas que son mejores y otras peores. Y me parece un error lanzar el mensaje hacia dentro de recelo y desconfianza y de que hay que buscar fuera lo que no tenemos dentro, cuando yo creo que eso no es así.

P. ¿Reprocha algo a la ejecutiva?

R. No. Sólo creo que está equivocándose y no está suficientemente atenta a la voz y al sentimiento de los militantes. P ¿Le ha ofrecido algo la dirección madrileña del PSOE?

R. No. Sólo me propusieron bastantes compañeros que me presentara para candidato a la Comunidad. Lo pensé, pero no estaba muy animado y para ser candidato hay que tener muchas ganas. En cualquier caso, a estas alturas es ocioso hablar de esas cosas.

P. ¿Esperaba que Joaquín Leguina anunciara su intención de competir por la alcaldía?

R. Él me dijo que no se iba a presentar. Pero, bueno, si decide presentarse, me parece bien. Todo lo que sea tener ambiciones me parece legítimo, lo que ocurre es que hay ambiciones que vuelan y otras que se arrastran.

P. ¿La ambición de Leguina es de las que se arrastran?

R. No. No lo digo en el caso de Leguina, que me parece un político de gran capacidad.

P. ¿Cree que la dirección de la FSM va a excluir de las listas a ese 48% que votó contra el acuerdo con Nueva Izquierda?

R. No creo. Lo que tiene que hacer es tomar conciencia de que con el voto de los representantes de las agrupaciones, su posición ha salido derrotada y su resultado ha sido muy ajustado. Yo lo que haría es intentar hablar con mis compañeros y llegar a una cohesión interna que es imprescindible si queremos ganar las elecciones del 99. Pero de momento no lo han hecho y me sorprende. Las primarias deberían haber servido para romper diques y etiquetas. Asumo la frase de Borrell, que dijo que éste debe ser un partido plural y no tribal.

P. ¿Cree usted que Jaime Lissavetzky está gestionando bien la Federación Socialista Madrileña para mantener la armonía entre todos los sectores?

R. Los resultados del comité regional dicen que no.

P. ¿Habría que convocar un congreso extraordinario?

R. No. Ya está bien que nos agiten fantasmas. Nadie ha planteado ningún congreso ni cambios en la dirección, sólo hemos planteado unas alternativas y nadie ha querido crear una crisis.