Diezmados para la gloria

Lograr otra medalla sería una proeza, dadas las circunstancias. España afronta desde hoy en Merano y Bolzano (Italia) el Campeonato de Europa de balonmano con importantes bajas de última hora por lesiones. Tras conseguir la plata en la edición anterior y el bronce en Atlanta, y fracasar en el Mundial de Japón (7ª), la selección de Juan de Dios Román se estrena hoy (20.00, La 2) frente a Croacia, campeona olímpica, en un grupo que también incluye a Rusia, oro en el Mundial y en el Europeo, y al potente equipo húngaro. El grupo, en el que se clasifican los dos primeros, lo completa la República Checa y Macedonia."Nos lo jugamos todo en los dos primeros partidos pero eso no tiene por qué ser malo. Últimamente hemos aprendido a empezar muy fuerte", decía Román hace dos semanas durante la concentración en Puente Viesgo. Pero entonces contaba con Esquer, Urdangarín y Hernández, posteriormente suplidos por Ugalde, Martín y Pérez Canca.

"Uno de los puntos débiles del balonmano español ha sido siempre la carencia de cañoneros cuya potencia obligue a abrir las defensas, creando huecos para los extremos y el pivote", se lamentaba el seleccionador. En consecuencia, Urdangarín estaba mentalizado para tirar con más frecuencia desde el lateral derecho para completar el peligro creado en el izquierdo por Lozano, joven y en franca progresión, y por su suplente Olalla, irregular pero con experiencia. La situación se complica ahora: aunque Martín ha realizado una buena temporada en el San Antonio, carece de experiencia en la selección, a la que además se ha incorporado a diez días del Europeo. Algo similar puede decirse de los otros dos laterales, Ávila y Mariano Ortega.

Pese a todo, Román lanza un mensaje optimista: "Llegamos en las mejores condiciones posibles, teniendo en cuenta los problemas que sufrimos. La pregunta es si será suficiente para el éxito".

Su objetivo es pasar a semifinales o, en el peor de los casos, lograr el 5º puesto, que también clasifica para el Mundial de Egipto.