El Grand Slam más difícil

Algunos especialistas en tierra batida aseguran que nunca ganarán en Wimbledon. Pero la mayor parte de jugadores del circuito no esconden que el torneo más difícil de los cuatro grandes es Roland Garros. Saben que en París es donde más se sufre, donde más necesario es jugar con la cabeza, donde menos puntos gratuitos se ganan. Y así lo dicta la estadística.Desde que el tenis se abrió a los profesionales en 1968, ocho jugadores han ganado tres de los cuatro torneos del Grand Slam. Y la mayoría de ellos concluyeron su trayecto con la asignatura pendiente de Roland Garros. París fue inalcanzable para Arthur Ashe, Boris Becker, Jimmy Connors, Stefan Edberg, John Newcombe y lo sigue siendo para Andre Agassi y Pete Sampras. Todos ellos tienen uno o varios títulos de Wimbledon, Australia y Estados Unidos. Todos ellos han sido considerados en algún momento de su vida como los mejores del mundo. Pero ninguno de ellos pudo adecuar su juego a la tierra batida. La mayoría ni siquiera llegó a disputar la final. De los ocho, sólo Edberg (en 1989) y Agassi (1990 y 1991) la alcanzaron.

Para ellos Roland Garros fue un calvario. En la era open (desde 1968) sólo el australiano Rod Laver ha logrado cuadrar un Grand Slam. Fue en 1969.