Un juez libera a Lorca de sus denostadas traducciones al alemán

Enzensberger presenta en Francfort su versión de " Bernarda Alba"

Heinrick Beck obtuvo en 1945 los derechos exclusivos para la traducción de la obra de Federico García Lorca al alemán. Desde entonces, y a pesar de las críticas furibundas que se han hecho a estas traducciones, no ha habido manera de que se pudieran hacer otras. La propia editorial dueña de los derechos de edición, Suhrkamp, intentó llegar a un acuerdo, sin conseguirlo. Ahora los herederos de Lorca se han «liberado» de esta traba que, según ellos, ha impedido que hasta ahora se conozca al verdadero autor de Bodas de sangre en Alemania .

Traduttore, traditore. Pocas veces esta fra...

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Heinrick Beck obtuvo en 1945 los derechos exclusivos para la traducción de la obra de Federico García Lorca al alemán. Desde entonces, y a pesar de las críticas furibundas que se han hecho a estas traducciones, no ha habido manera de que se pudieran hacer otras. La propia editorial dueña de los derechos de edición, Suhrkamp, intentó llegar a un acuerdo, sin conseguirlo. Ahora los herederos de Lorca se han «liberado» de esta traba que, según ellos, ha impedido que hasta ahora se conozca al verdadero autor de Bodas de sangre en Alemania .

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Traduttore, traditore. Pocas veces esta frase, ya convertida en lugar común, ha cobrado tanto sentido como en el caso de la traducción al alemán de la obra de Federico García Lorca. Heinrich Beck, un judío refugiado en Suiza tras la Segunda Guerra Mundial, logró que el premio Nobel alemán Thomas Mann escribiera a los herederos del poeta granadino recomendándolo para la traducción de su obra al alemán en 1945. Se trataba de un entusiasta simpatizante de la causa republicana, que pasaba por momentos muy difíciles. La respuesta fue generosa y se le otorgaron todos los derechos de traducción al alemán.Heinrich Beck, un poeta aficionado y amante de lo español, tradujo buena parte de la obra del poeta granadino al alemán, tomándose libertades estilísticas que han causado verdaderos estragos. Es prácticamente unánime el rechazo de la comunidad literaria germana a estas versiones que deforman hasta lo imposible el verso y el sentido de la obra lorquiana. «Son traducciones cursis y barrocas», dice Manuel Fernández-Montesinos García, sobrino del poeta y secretario de la Fundación García Lorca. «Hasta ahora los alemanes no han podido conocer verdaderamente la obra de Lorca y eso es algo imperdonable».

Ni siquiera la muerte de Beck, en 1974, acabó con esta situación porque él creó una fundación con su nombre en Suiza, que gestiona el producto de estos derechos. Una fundación que, por otro lado, dona parte de sus ingresos a Amnistía Internacional. Los herederos de Lorca y la propia editorial Shurkamp, que publica las traducciones de Beck, se aliaron contra el traductor y trataron infructuosamente durante años de negociar la posibilidad de nuevas versiones.

Críticas

«Las críticas de multitud de hispanistas desde los años 50 hasta ahora no cesaron y hasta los directivos de la Fundación Beck se sintieron aludidos por las críticas, y cometieron un error», relata Michi Strausfeld, portavoz de Suhrkamp, en entrevista telefónica. «Contrataron a una persona que revisó las traducciones y las cambiaron parcialmente. Nosotros lo demandamos y presentamos informes muy fundados de la pésima calidad del trabajo de Beck. Un juez dictaminó a fines del pasado mes de marzo a nuestro favor. Con este veredicto hemos perdido los derechos de edición de estas versiones, pero nos sentimos muy satisfechos», continúa Strausfeld. «Ahora podremos empezar realmente a traducir a García Lorca como se merece y el público alemán podrá conocer por fin la fuerza y el dramatismo de su escritura».Ayer se presentaron en Francfort, en edición privada -habrá que renegociar el contrato de publicación-, las dos primeras nuevas traducciones de Lorca , la que ha hecho Hans Magnus Enzensberger de La casa de Bernarda Alba y la de Bodas de sangre de Rudolf Wittkopf. «Hemos querido difundir entre la prensa literaria alemana estas dos hermosas traducciones para que puedan comparar y valorar el desastre que hasta ahora significaron las traducciones de Beck», dice Strausfeld. «Se puede decir que hasta ahora nadie en Alemania había leído a uno de los grandes autores españoles de este siglo».

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