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Alarma en la Expo de Lisboa

Un fallo en el sistema anti-incendios provoca inundaciones en diez pabellones de la muestra

Un fallo del sistema anti-incendios de la Expo 98 de Lisboa provocó el martes inundaciones en 10 pabellones extranjeros, entre ellos el español, y sembró serias dudas sobre la eficacia de los sistemas de seguridad de la muestra cuando falta una semana para su inauguración oficial. El director del pabellón español, Rafael Gasset, reconoció ayer que el «incidente no ha causado daños de gran importancia», aunque admitió que «afortunadamente, los cuadros de Tiziano, El Greco, Velázquez y Zurbarán, que integrarán el espacio español, no se encontraban aún en Lisboa porque su llegada está prevista para la noche del viernes».Los responsables de algunos de estos pabellones no daban crédito a lo ocurrido y no se explicaban el «injustificable» retraso de los servicios de la Expo. Los egipcios guardaban en su recinto libros únicos de gran antigüedad y valor histórico, los griegos están a punto de perder una pantalla gigante de vídeo y los belgas han reconocido que los daños podrían haber sido «irreparables». En definitiva, un gran susto que, a juicio de la portavoz de la Expo, Clara Ferreira Alves, «no volverá a suceder» y cuyos daños «serán pagados» por los seguros de la muestra lisboeta.

El incidente tuvo lugar a mediodía del martes cuando una potente tormenta azotaba la capital portuguesa. Según las explicaciones de la Expo, los servicios anti-incendios estaban probando un sistema de evacuación de humos que, por razones desconocidas, activó la apertura de las trampillas superiores (los techos) de los pabellones del Área Internacional Norte. El agua cayó en tromba por los 10 recintos de esta zona, mientras sus responsables intentaron sin éxito y durante cerca de 45 minutos localizar a los responsables técnicos de la Expo. El gerente de la empresa que monta el pabellón español, Enrique Saenger, explicó: «Durante 45 minutos tratamos de hablar con alguien de la Expo y acabamos por llamar a los bomberos, que llegaron inmediatamente y nos ayudaron a poner unos plásticos». «Es absolutamente inaceptable», dice Saenger, «porque (la avería y el retraso) podrían haber causado un auténtico desastre; es más, cinco horas después del incidente ningún responsable de la Expo había conectado oficialmente con nosotros».

La noticia no fue conocida hasta última hora de la noche del martes y las explicaciones oficiales no han convencido a prácticamente ninguno de los afectados, entre ellos España, Reino Unido, la Santa Sede, Francia, Dinamarca y Holanda.

El director del pabellón español, Rafael Gasset, trató ayer de minimizar el incidente y afirmó que «no se debe alarmar a los visitantes». No obstante, Gasset explicó que, «afortunadamente, la avería se produjo alrededor del mediodía, cuando todo el mundo estaba en sus recintos, porque en otro momento las inundaciones podrían haber sido de enorme gravedad».

La portavoz de la Expo, Clara Ferreira Alves, afirma que el incidente «no cuestiona para nada la apertura oficial de la Expo», prevista para el próximo día 21 , y «los daños están cubiertos por los seguros del Parque Expo». Sin embargo, nadie ha dado una explicación convicente a la injustificable ausencia de responsables en un caso de semejante emergencia.

El desconcierto y la confusión que reina en el interior de la muestra sorprende día a día a participantes, diplomáticos y, en especial, a los medios de comunicación, entre ellos algunas cadenas de radio y televisión españolas, que han desistido de emitir informativos y programas especiales desde la Expo los días de la inauguración. De esta forma, la incapacidad de la propia Expo está desaprovechando una valiosa e impagable promoción, cuando el éxito económico de la muestra depende en gran medida de los visitantes españoles, como han reiterado las autoridades lusas. Los incapacidad de los servicios técnicos para atender a los periodistas está provocando protestas, incluso entre los medios portugueses, que están disputándose los mejores puestos para retrasmitir la ceremonia de apertura. Este espectáculo será cerrado por el tenor José Carreras y la cantante de Madredeus, Teresa Salgueiro.

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