Viajeros en Barajas

Acabo de regresar de España a mi ciudad, Medellín (Colombia). Ayer al mediodía, cuando con mi hija Laura esperaba a bordo la salida del vuelo de Iberia de Madrid a Bogotá, resolví, al llegar, escribirles a ustedes para transmitirles una inquietud que de seguro asaltó a las decenas de pasajeros que venían con nosotros. Y estaba leyendo ahora su excelente edición digital hasta encontrarme con el artículo de Fernando G. Delgado, quien trata, nada menos, el tema que voy a plantearles, con el ánimo de que ustedes, que tienen todas las conexiones y fuentes posibles allá, aclaren qué fue lo que pasó con el retraso de hora y media del mencionado vuelo de Iberia Madrid-Bogotá del pasado sábado 2 de mayo.Sucede que tan pronto como abordamos, para salir a las 11.40, notamos una pasmosa lentitud en la entrada de los últimos pasajeros. La nave no se cerraba. Seguía subiendo gente. El retraso inicial fue de pocos minutos, pero fue prolongándose hasta el momento en que por la megafonía se nos informó de que un pasajero no se había presentado al avión y, por consiguiente, iba a ser necesario bajar todo el equipaje, revisar una por una todas las maletas (se imaginan ustedes...) y localizar las del pasajero ausente.

La explicación no satisfizo a nadie, pero había que aceptarla. Nada más podíamos hacer. No obstante, vi que al lado del avión aparcó un coche de la policía. ¿Para bajar una simple maleta de un simple pasajero ausente se necesitaba presencia policial? ¿Por qué y para qué? ¿O era que había otro tipo de sospecha?

Hecha la inspección, la policía se retiró, se nos anunció la salida del vuelo (con hora y media de retraso) y muchísimos fuimos los perjudicados al llegar a Bogotá, puesto que unos logramos hacer las conexiones (para Medellín, en el caso de mi hija y yo) a toda marcha, mientras otros estoy seguro de que las perdieron.

¿Había algo más en la mencionada requisa? ¿Apareció o desapareció en definitiva el pasajero que no subió al avión? ¿Qué contenía el equipaje? ¿Qué se sospechaba que contuviera? ¿Afectar a más de dos centenares de pasajeros, con los perjuicios que supone un retraso, sólo para recobrar un maletín de un pasajero?

Son simples preguntas que se me ocurren, por una parte, como periodista que soy (en el diario El Colombiano, de Medellín), y por otra, como pasajero de Iberia. Por eso quiero que no se queden como mensajes lanzados al mar en una botella y confiado en que ustedes, con su profesionalismo y su perspicacia, sabrán darles (o darnos) alguna respuesta, se las transmito encantado.

Por lo demás, este nuevo viaje a España fue maravilloso, impecable.- . .