_
_
_
_

Israel, en el corazón de los judíos catalanes

"En los últimos 50 años hemos visto regresar a millones de judíos de todas partes del mundo. Pero no todos nuestros hermanos han vuelto. Sabed que tenéis las puertas abiertas al hogar del pueblo judío". El mensaje del presidente de Israel, Ezer Weizman, fue escuchado por boca del embajador de aquel país en España, Ehud Gol, por el millar de judíos que se congregaron en la noche del jueves en el hotel Arts de Barcelona. Los líderes de la comunidad israelí de Barcelona y de la entidad judía Atid ("futuro"), ésta última de reciente creación, no recordaban una celebración tan "espléndida y numerosa" como la del pasado jueves. El acontecimiento lo merecía: el 50º aniversario de la independencia de Israel, que en aquel Estado se ha celebrado con júbilo durante esta semana, "hace vibrar" a todos los judíos del resto del mundo, aseguraba Carlos Benarroch, copresidente de la Entesa Judeo-cristiana de Catalunya. Pocos de los cerca de 7.000 judíos que viven en la actualidad en Cataluña desean marcharse para instalarse en Israel porque "aquí se sienten como en casa. En su corazón, sin embargo, siempre está aquel pequeño país tan amenazado y tan esperanzado", indicó Benarroch. Las notas del himno nacional israelí (Ha-tikva, "esperanza"), que hicieron poner de pie al millar largo de asistentes al acto -algunos de ellos ataviados con la típico kippa-, pusieron punto final a una larga ceremonia patriótico-religiosa en la que se sucedieron parlamentos oficiales, emotivas lecturas de textos -la mayoría en hebreo- alusivos a la liberación del Estado de Israel y cantos típicos de aquel país en los que se dio un especial protagonismo a los niños y jóvenes de la comunidad. Ninguno de los parlamentos olvidó destacar la prosperidad económica de la que goza en la actualidad el Estado de Israel y la expansión de su población que ha experimentado a lo largo de este medio siglo -de 600.000 habitantes se ha pasado a una cifra 10 veces superior. Pero del mismo modo, nadie omitió el lado más oscuro de este pequeño Estado judío: la amenaza del terrorismo y los conflictos con los pueblos vecinos. "Hemos logrado la paz con Egipto y Jordania. Ahora esperamos lo mismo con los palestinos", clamaba el presidente Weizman en su mensaje. El embajador de Israel en España añadió: "Ahora necesitamos a nuestros vecinos para transformar la espada en arado". El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, quien excusó su ausencia, expresó a las comunidades judías catalanas su "gran afecto por el Estado de Israel" a través de un comunicado que fue leído ante el público. Con un minuto de silencio y una vela encendida se recordó y homenajeó a los "jóvenes soldados que han perdido la vida durante estos años por el pueblo de Israel". Mientras los participantes en el acto se disponían a servirse alguno de los suculentos manjares kosher que los propios miembros de la comunidad habían preparado, unos violinistas amenizaban la velada intercalando clásicas melodías con composiciones y danzas israelíes. La celebración se desarrolló bajo fuertes medidas de seguridad, por lo que el acceso a la sala Gaudí del hotel resultó un calvario para quienes no pertenecen a ninguna de las dos entidades judías barcelonesa.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_