Escritores y niños comparten sus experiencias del primer amor

Tras conocer las opiniones infantiles sobre asuntos divinos en Los poderes de Dios (que se reemite el viernes a las, 10.00), Canal + explora hoy con el mismo humor. El primer amor y otras cosas, en una nueva entrega especial de Cosas de niños, que se emite a las 20.00 en abierto. Conocidos escritores como Ana María Matute, Rosa Montero o Manuel Rivas comparten ante la cámara confidencias sobre el despertar amoroso junto a niños y niñas. Coincidiendo con el Día del libro, componen un volumen poético, surrealista y sentimental.

En este segundo experimento de Cosas de niños, coordinado por Miquel Obiols, responsable de la programación infantil de Canal +, críos entre los cinco y los ocho años muestran distintos acentos y paisajes humanos enmarcados en un corazón.. "Ella se ha ido a otro paisaje", se queja precisamente Antonio, desde Huelva, que a sus cinco años ya tiene motivos para hablar del desengaño amoroso. "Mi corazón ya está roto. Yo era feliz, pero como se me ha perdido la novia... ", dice compungido. Los mayores le dan la. razón. "El amor es una maravillosa equivocación", es la conclusión de Ana María Matute. Y Manuel Rivas constata que al crecer los sabores ya no son tan dulces: "Cambias del azúcar al vino. El amor tiene sabor a sal". Pero la explosión interna del primer amor no deja sitio a las amarguras. "Yo era malo con las niñas", recuerda Rivas, hasta que apareció una niña "como las chinitas de las enciclopedias". No ha olvidado el "terrernoto", que le provocó aquella "sonrisa sísmica" de la niña. Algo así como lo que le pasó a Carlos, de cinco años: ''El amor se metió por la boca, pasé por las venas y llegó al corazón". En el corazón, de Asun Balzola aún está un muchachito rubio. En el de Andreu Martín, una vecina que trabajaba en un bar. En el de Rosa Montero se mueve un trapecista del Circo Price. Elvira Lindo siente el primer beso de Felipe, el de los pantalones cortos. Ignacio Martínez de Pisón adolescente fue capaz de madrugar para ir todos los días a la misma misa donde rezaba su amada y Ana María Matute recuerda el impacto en su rostro de las sábanas blancas de la azotea donde su primer héroe le enseñó a patinar.

Samuel (siete años), de Cuenca, opina que "para casarse hace falta mucho valor", y no se atreve a decirle a su chica preferida que le gusta: "¿Y si me dice que no?". Ana (seis años), de Tenerife, lo tiene clarísimo: "De repente me enamoré de él y dije éste es mi hombre. No puedo dejar de mirarle", pero el objeto de sus desvelos, sentado en otro pupitre, "todavía no se ha dado cuenta".