A la caza del Madrid

El Madrid piensa en Europa y se complica la vida en la Liga, donde una tropa de equipos ha empezado la caza del segundo puesto, que hasta hace poco parecía propiedad del conjunto de Heynckes. El promedio madridista en los últimos tiempos es desolador: gana un partido al mes. Con ese ritmo es imposible mantener el segundo puesto. Son tantos los que le persiguen que es improbable pensar en el fallo de todos.Sólo hay dos cosas seguras en el campeonato: el Barça ganará la Liga y el Sporting descenderá a Segunda División. El Barça se comporta como debe. Gana casi todos los partidos, los que juega bien y los que juega regular. En cualquier caso está muchos cuerpos por encima del resto de sus rivales. Después de una primera vuelta irregular, el equipo de Van Gaal ha metido la directa y nadie le ha seguido. Ese papel le correspondía al Madrid, pero su trayectoria ha sido lamentable. En el régimen de autogestión actual -Heynckes está alejado de cualquier centro de poder desde hace mucho tiempo-, el Madrid funciona sin criterio. En Vigo reprodujo todos los defectos que le han llevado a la delicada posición que ahora ocupa. Jugó sin fe, sin armonía, sin rigor táctico y sin inteligencia. Incluso cuando realizó un fútbol aceptable -en el primer tiempo- pareció extraordinariamente vulnerable.

El Madrid está en una encrucijada difícil de resolver. Si gana en Dortmund mantendrá su obsesión por la Copa de Europa. Y si pierde es probable un desplome. Sus perseguidores sólo piensan en la Liga. Y comienzan a afinar. La Real y el Mallorca se han colocado a un punto del Madrid. Los dos ganaron fuera de su casa, un dato importantísimo a estas alturas del campeonato. Un poco más atrás, el Athletic y el Celta esperan su turno. Incluso el Betis y el Atlético pueden meterse en la pomada. El Valencia, no. Su ascensión no fue lo irresistible que parecía. Está a seis puntos de la UEFA y da síntomas de flaqueza, o eso pareció en el Helmántico. Salió destrozado de Salamanca" que le marcó seis tantos en la mayor goleada de la temporada. En Oviedo, donde se miraba al Sporting con desdén, comienzan a preocuparse por la suerte de su equipo, que perdió con el Racing y se asoma a la promoción