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FÚTBOL 31ª JORNADA DE LIGA

Un guión de encargo

El Athletic remonta dos ventajas del Racing en un partido con goles y sin juego

Los créditos anunciaban una de piratas y el partido deparó una de suspense, bien es cierto que con un guión de encargo a bajo precio pero que manejó con solvencia los tics explosivos del encuentro. El fútbol es a veces generoso con quienes lo maltratan y premia con un festival de goles actitudes que no resisten un examen de solvencia. La generosidad entretiene, aunque sea a base de una ruleta de la fortuna y unas buenas dosis de tesón. Pero el fútbol es clásico por más que evolucione y sigue repartiendo sus favores en función del lugar que cada cual exhiba en la clasificación. El Racing pagó sus urgencias para que el Athletic pueda seguir soñando con Europa.La estrategia esconde muchas veces otras carencias. El Athletic había anunciado abordajes, ataques fulminantes, ofensiva total... y a los 20 minutos había regalado dos goles con nueve jugadores del Racing sin atravesar la línea central. El sistema defensivo del conjunto blbaíno resultaba patético: por el centro era una autopista desguarnecida en la que Correa apretó el acelerador y alcanzó el peaje con una facilidad pasmosa. Dos balones en sus pies, dos goles con todo el Racing detrás.

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El Athletic perdía credibilidad y se preparaba para un encuentro extraño, chusco, definido por los errores más que los aciertos. Una película de reestreno que sin embargo acabó por entretener a la concurrencia, que hasta el último suspiro no adivinó quién era el asesino.

Al Athletic le falta cuajo, solvencia y la inteligencia suficiente para leer los partidos. Ayer se encontró a un rival que le sobran nervios y la calma necesaria para gestionar los resultados. La primera mitad se escapaba con los dos ejercicios técnicos de Correa y otros tantos cabezazos de Urzaiz, cundo el Athletic fue capaz de hilvanar una jugada en tres toques que Etxeberria envió a la red. En ese minuto 45 perdió el Racing el partido. El Athletic estaba muerto, casi entregado, con el público en el cogote e incapaz de aproximar su juego a la frontera del fútbol.

El gol hundió al Racing que se aprestó a resistir y negar su culpabilidad para guarecer el resultado. El Athletic se olvidó de jugar, se dispuso a una lucha visceral, favorecida por el repliegue del conjunto santanderino que le permitía tener el balón en los lugares peligrosos. Ese tipo de situaciones siempre favorecen la autoestima rojiblanca. Cuando ve el balón sobrevolar el área, se crece y recobra la fe aunque su fútbol provenga del infierno. Y llegó el gol, y habitual de Larrazabal en la ejecución de un libre directo lejanísimo efectuado de forma magistral.

Entonces le salió al Racing la rabia, la prisa, el juego. Yosu inundó de delanteros su equipo dando entrada a Conte y después a Alberto y obtuvo su recompensa. Alberto puso en entredicho la velocidad y la cintura de la defensa rojiblanca y su disparo al poste lo aprovechó Correa, que tradujo en gol cuanto su pie tocó.

El Athletic, descalabrado, sin cerebros en el terreno de juego, rompió el calendario, apeló al ollazo como estrategia para conducir el balón y se sacó dos goles de la chistera que le devolvían la credibilidad europea y una remontada épica para solaz de los más viejos del lugar.

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