EL MEJOR AMIGO
"Me enseñó a dar valor a mi vida personal y profesionalmente. Todo lo que tengo se lo debo a él". Esas palabras pertenecen a la esquela de media página que Sebastián Estévez Alonso insertó ayer en varios rotativos gallegos in memóriam de su perro, Cacho. El perro, un rottweiler, murió el pasado jueves. Estévez, además de las esquelas, le ha procurado a Cacho incineración y entierro en un mausoleo que mandó construir a propósito. Le rinde así homenaje por una convivencia de "12 maravillosos años", desde que el cachorro Cacho empezó a cambiar el rumbo de la vida desordenada y sin futuro que Estévez llevaba, según cuenta él mismo. Pero este amor también resulta pelín interesado. La tumba de Cacho está en el centro del primer cementerio gallego para animales de compañía que Estévez está promoviendo.- CARBAJO,
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