"Rezaremos al santo del convento para que la serie tenga éxito"

El personaje de la vieja y digna doña Julia en Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto, convirtió a Pilar Bardem en una actriz de éxito, galardonada con un premio Goya. Quedaban atrás muchos años de penurias y películas alimenticias. Nieta e hija de cómicos, hermana del cineasta Juan Antonio Bardem y madre de dos actores, a sus 58 años está viviendo el momento más glorioso de su carrera. Después de trabajar con Almodóvar, en Carne trémula, y Nieva, en Pelo de tormenta, y de participar en la comedia Kety no para, en TVE, regresa a la pequeña pantalla con A Dios rogando. En la serie de Tele 5 interpreta a la madre superiora de un convento. "Pondremos velas y rezaremos al santo para que nos eche una manita con la audiencia", bromea.Pregunta. De portera en Kety no para a superiora de un convento en A Dios rogando. ¿Cómo se siente ante este cambio de hábito? Respuesta. Muy bien. De todas formas, mi personaje en Pelo de tormenta, la obra de Paco Nieva, era de santa madre abadesa, así que sigo con el mismo cargo laboral, pero en distinto sitio.

P. Entonces, ¿está contenta con su nueva vocación?

R. Sí. Me enfrentaré a mi nuevo papel con ilusión, como siempre, y con la esperanza de que le guste al público.

P. ¿Le preocupa los índices de audiencia?

R. A mí no. Pero con este asunto todos se ponen de los nervios. Pondremos velas y rezaremos al santo del convento, que no recuerdo si es san Dimas o san Damián, para que nos eche una manita. Y para curar los nervios en el convento disponemos también de hierbas relajantes. Ja, ja.

P. La serie cuenta con un reparto femenino muy interesante: Ángela y Mónica Molina, Chus Lampreave, usted...

R. Sí, y también Beatriz Santiago, Amparo Vallés, Vicenta Endongo... Con muchas de ellas ya he trabajado. Con Anabel Alonso, en Maribel y la extraña familia, y con Vicenta Endongo, en Martes de carnaval y en Airbag. A Chus la conozco desde hace muchos años, y Angela es estupenda.

P. ¿Será una monja con carácter y defensora de los débiles, tal como es usted en la vida real?

R. Según lo que he leido en los guiones soy severa pero, a la vez, muy tierna y humana.

P. En poco tiempo ha intervenido en dos series. ¿Eso significa que desea convertirse en una cara familiar para los telespectadores?

R. No. Participé en Kety no para porque tenía un compromiso con Millán Salcedo, pues había escrito el personaje de la señora Antonia pensando en mí. Ahora me han propuesto A Dios rogando; y estoy feliz, pero eso no quiere decir nada. Ya fui una cara habitual de televisión en la época de las zarzuelas y los Estudios 1.

P. ¿Qué le pide a un personaje para aceptarlo?

R. Primero que me lo crea yo y después que sea creíble. Me gusta hacer papeles de personas que sean buenas. Y, sin son malas, que al final de la película se arrepientan. No soy demasiado exigente, pero no me hacen gracia los personajes injustos.

P. ¿Qué peripecias vivirán dentro y fuera del convento?

R. Sucederá de todo. Somos una monjas que desde el siglo XIX se dedican a cultivar hierbas medicinales y ahora han decidido abrir un herbolario en el pueblo. Anabel Alonso, la madre Sofía, es la encargada de despachar las finas hierbas. La novicia Consuelo [Mónica Molina] estudia en la Universidad, Ángela Molina está siempre sumida en luchas interiores y colabora en una ONG y a Chus Lampreave se le aparece el fantasma de la madre fundadora, pero sólo a ella.