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Samaranch pide respeto a la Tregua Olímpica

El descenso masculino, primera gran prueba de los Juegos de Nagano

"Espero poder decir que han sido los mejores Juegos de la historia", comentó el presidente del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch, al clausurar la 107ª Sesión del máximo organismo olímpico. Lo espera, y su miedo actual es más porque se respete la Tregua Olímpica, algo que repitió en la vistosa ceremonia inaugural. Pero tampoco nada es seguro aquí, y si se observaba ayer mismo el tremendo tráfico de la ciudad de Nagano, con un día de sol espléndido, las dudas sobre el temido colapso circulatorio se elevaban al infinito. Calles estrechas en las que no cabrían más que las máquinas quitanieves en caso de mal tiempo: el peor escenario que hubiera querido el COI. Será bueno para el descenso masculino, la primera gran final de los Juegos, pero conviene recordar que el tiempo en esta zona es una caja de sorpresas.Porque puede impresionar el Shinkansen Asama (incluso por el precio del billete), el tren bala que alcanza los 300 kilómetros por hora desde Tokio, pasada la parada en Omiya, camino de Nagano. Pero los trenes no sirven durante unos Juegos. No los hay de cremallera. Las carreteras puras y duras son las que deben estar libres para los transportes de todo el tinglado olímpico. Y si entre Ueda y Nagano, sólo en 40 kiómetros, vuelve a impresionar una autopista con casi 10 túneles, tres de ellos de más de cuatro kilómetros, ese alarde no sirve porque los accesos más peliagudos son los que van a las zonas de Halcuba y Yamanouchi, donde se disputarán el esquí alpino y la mayoría del de fondo. Ueda sólo es camino para Karuizawa, donde se ha aislado, por si no fuera ya bastante exótico, el debutante curling, esos bolos de piedra sobre hielo.

Pero ayer no se hablaba aún mucho de eso, porque sonaron las fanfarrias de la ceremonia de apertura, que se celebró la madrugada pasada. Música, tradiciones, coros con montaje multinacional y mucho sumo, pues hasta los portaestandartes, acompañados por niños, también fueron sumotoris. Los más prestigiosos, aparte del enfermo Takanohana, llevarán los de Grecia y Japón, y los de dos países más por sorteo (Israel, curiosamente, uno de ellos). El de España fue de los normalitos, acorde con las discretas aspiraciones que existen.

Las palabras de Samaranch fueron otra vez elocuentes en el discurso de la ceremonia: "Tenemos la esperanza de que llamada de los 185 estados miembros de las Naciones Unidas a respetar la Tregua Olímpica favorecerá el diálogo internacional y soluciones diplomáticas a todos los conflictos para que terminen las tragedias humanas". Samaranch confesó previamente que no había podido hablar con Bill Clinton. Y por si se rompe la tregua con el posible ataque de Estados Unidos a Iraq, los estadounidenses ya tienen preparado un plan de seguridad para proteger a sus deportistas en Nagano.

Los Reyes de España están desde ayer en Nagano, asistieron a la ceremonia y permanecerán hasta el martes con la intención de esquiar en algunas de las múltiples pistas de esta zona, la más concurrida del país por los aficionados a la nieve. Después viajarán a Filipinas.

El descenso, la prueba más rápida y con prestigio del esquí, será en la madrugada española del domingo (2.15 horas) la primera gran prueba de fuego para el rey del esquí esta temporada, el austriaco Hermann Maier, destacadísimo en la Copa del Mundo. Diez triunfos le contemplan: cuatro en supergigante, su mejor prueba, tres en gigante, otro en combinada y dos, precisamente, en descenso, en Bormio (Italia), y en Wengen (Suiza). Maier luchará, sobre todo, contra sus propios compatriotas, Andreas Schifferer, sobre todo, el líder de la Copa, y ganador de la última- prueba de Garmisch (Alemania) antes de los Juegos. Son los hombres más en forma. Por detrás estarán también en la lucha otro austríaco, Stefan Eberharter, y los franceses Jean Luc Cretier, Nicolas Burtin o Alain Duvillard -recuperado de su tremenda caída del año pasado-. Incluso el suizo Didier Cuche, ganador de uno de los descensos de Kitzbuehel (Austria), y autor del mejor tiempo en los entrenamientos de ayer. O el siempre peligroso italiano Kristian Ghedina, cuya regularidad le ha llevado al tercer puesto actual en la clasificación de la Copa de descenso, por detrás de Schifferer y Maier.

Pero sobre todo el esquí masculino actual es austríaco. No ha solido traspasar a los Juegos Olímpicos o a los Mundiales su dominio en las temporadas, pero esta vez sería toda una sorpresa que no lo gane casi todo.

También habrá otras tres primeras finales: la femenina de 15 kilómetros de esquí de fondo, estilo clásico, con la laureada rusa Elena Vaelbe de nuevo favorita, y las masculinas de los 5.000 metros de patinaje de velocidad, con los holandeses como hombres a batir, y el gigante del debutante snowboard, sin españoles. El half pipe, o media tubería, para lker Fernández y Sergi Bartrina será el jueves.

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