Onésimo y los goles de Rosado rescatan al Rayo

Está enfermo el Rayo. Enfermo y desconocido. Le falta identidad y se mueve por impulsos. No sabe bien cómo conseguir su objetivo, ni mucho menos la manera de llegar a un fútbol de cierta calidad. El que se le supone. Actúa sobre un césped que es impropio incluso de un equipo de Tercera y llora por ello, como si desde que se inventaron las excusas se hubieran acabado los errores.

Pero el Rayo se mantiene arriba. Ayer se marco 45 minutos de horroroso aspecto. Y ganó. Se escapó a tiempo del disparate aquél y con mucho arrojo, y mucho Onésimo, salvó una oscura papeleta que amenazaba con llevar a Ortuondo a la cola del paro.

47 minutos tardó el Toledo en ver de cerca a Lopetegui. Y en marcar. Era demasiado premio para el Toledo y poco castigo para el Rayo. Ortuondo había hecho debutar al venezolano Noriega y él fue el único que en el primer tiempo mantuvo el tipo. Pero el hombre acabó en el hospital, con una costilla rota.

Al desaguisado le dieron solución Onésimo e Iván Rosado. El primero de ellos se colocó entre líneas y agujereó al Toledo, además de regalar al espectador algunos detalles de museo. Rosado supo aprovechar un balón suelto para empatar el partido. Un penalti y los guantes de Lopetegui acabaron de rescatar a un Rayo al que le va a costar sudores ascender. A no ser que encuentre la brújula.

Otros resultados: Atlético de Madrid B, 1; Jaén, 1. Hércules, 3; Albacete, 1. Osasuna, 1; Éibar, 1.