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O pagas o no corres

Santi Blanco, pendiente del acuerdo entre Banesto y Vitalicio

Carlos Arribas

Hace cuatro meses, en mitad de la Vuelta, temblaron los cimientos. del ciclismo español cuando Santi Blanco, la gran promesa, decidió romper su contrato con el Banesto acogiéndose al decreto 1.006. Posteriormente, firmó un contrato con el Vitalicio. La UCI, sin embargo, no ha tramitado su ficha para que pueda correr. Y no lo hará hasta que no haya un acuerdo entre las tres partes sobre la indemnización que corresponde a su antiguo equipo. Todo se reduce a una negociación económica que cómienza hoy en Madrid y que puede convertir a Blanco en el ciclista más caro de la historia.Santi Blanco se confiesa "tranquilo". Sabe que Vitalicio respaldará el pago de su libertad. Giacomo Landi, presidente de Seguros Vitalicio, se confiesa también tranquilo. "Ellos pueden pedir lo que quieran", dice. "Pero una cosa es pedir y otra... No podemos aceptar cosas disparatadas, así que estoy muy tranquilo". También tranquilos se dicen en Banesto, que cuentan como baza a su favor con la no inscripcion de la UCI y la posible prisa del Vitalicio, que se presenta el viernes, en solucionar el problema. Todos coinciden en otro punto: nadie da una indicación sobre las cifras en que se moverá la negociación. No se pueden dar pistas al enemigo. Pero todos disienten a la hora de hacer las cuentas.

Las de Banesto son sencillas, y están basadas, según ellos, más en un deseo de poner un poco de orden y sentido común en el caos del asunto que en el afán de vengar sobre la mesa de negociación la traición del corredor. Los coneptos contables del equipo bancario son tres: el contrato federativo de Blanco, el contrato mercantil de imagen -Cantidades por las que deberá indemnizarle el corredor- y la indemnización fijada según el pacto de Oviedo -en 1991 la asociación de equipos llegó a un pacto de caballeros para penalizar a aquellos conjuntos que contrataran en el plazo de un año a un corredor acogido al 1.006 con el pago de 20 millones de pesetas en concepto de formación por cada temporada en que el corredor hubiera estado en su antiguo equipo-, que correspondería pagar al Vitalicio.Si no, Banesto y los demás equipos no le permitirían entrar en la asociación de equipos.

Como Blanco no tenía fijada una cláusula de rescisión en su contrato federativo, un juzgado debe estipularla, pero si hay antes un acuerdo, no se esperará a que él juez decida. La valoración del contrato de imagen de Blanco con el Banesto, hasta 1999 es más subjetiva. Banesto presionará también en este sentido con el hecho de que Blanco ya ha posado con el maillot de Vitalicio y podría hacer sus cuentas tomando como referencia los 300 millones de cláusula de rescisión que tiene Blanco con el Vitalicio. Así, la cantidad total que solicitaría el Banesto podría rondar los 400 millones de pesetas.

No parece que esa cantidad sea lo que Landi, que lleva la negociación personalmente, considere "coherente". Rechaza, en primer lugar, la obligación de pagar los 60 millones de formación para entrar en la asociación. "Eso sería aplicamos una medida con carácter retroactivo", dice. "Eso es la ley del embudo", replica José Miguel Echávarri, del Banesto. "El pacto de Oviedo habla de un plazo de un año después de que el deportista se acoja al 1.006. Y en ese año estamos". Landi, sin embargo, dice que en ese punto cuenta con el apoyo de la ONCE, el Kelme y el Euskadi. También rechaza el Vitalicio que Banesto pueda utilizar su cláusula de rescisión como medida de referencia. "No hay otra negociación que la económica".

Aunque Santi Blanco se presente el viernes con el Vitalicio, no podrá correr ninguna carrera hasta que Banesto y Vitalicio lleguen a un acuerdo. Pueden ser meses. Cualquier deportista estaría nervioso con esa perspectiva, pero Blanco -ha pasado de cobrar 65 millones en tres años con Banesto a 300 con Vitalicio- dice que no. "Soy más raro que la hostia, ¿no?. Yo estoy tranquilo, no creo que me tengan un año sin correr. A mí lo único que me preocupa es dormir, entrenar y comer bien, no voy a perder nunca la cabeza. Bueno, sí, sólo por el Barça.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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