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Corea del Sur sufrirá el año próximo su primera recesión en 18 años

La agitación no cesa en el sureste asiático. En el país más afectado por la crisis, Corea del Sur, los sindicatos se han declarado en contra de la intención gubernamental de aprobar un decreto que permitiría a las empresas financieras acelerar su liquidación -de acuerdo con las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional- con despidos masivos. El paro amenaza al país, que, según los expertos, registrará en 1998 un crecimiento negativo del 1,3%, lo que supondrá la primera recesión tras 18 años de espectacular crecimiento.

El Congreso coreano aprobó ayer, tras una dura pugna entre los tres principales partidos, 13 medidas para tratar de hacer frente a la crisis. Entre dichas medidas, una de las principales es la constitución de un nuevo órgano, con amplias competencias, para controlar la industria financiera. Se trata, ante todo, de intentar recuperar la confianza de los inversores y de evitar el pánico en un sistema en el que antes de dos meses vencen créditos por importe de 28.000 millones de dólares (4,2 billones de pesetas) concedidos por bancos estadounidenses, europeos y japoneses.Corea del Sur está bajo la lupa y la mirada, más que preocupada, de las entidades financieras de los países más desarrollados. En Alemania, en Estados Unidos y en Japón se suceden las reuniones de ejecutivos bancarios para estudiar la crisis. Se suceden también los pronunciamientos favorables sobre el futuro y los apoyos al país. Abunda asimismo la rumorología sobre operaciones en ciernes, como el supuesto interés de Ford Motor por el fabricante coreano de automóviles Kia dado a conocer por el diario Korea Economic Dady y desmentido por el fabricante estadounidense.

Pero la situación es más que difícil. Los principales grupos industriales coreanos (Samsung, Hyundai, LG y Daewoo) están colocando deuda en el mercado a tipos de interés cercanos al 30%, los más altos en 17 años. Y ellopor una razón: creen que en el futuro, la evolución de los tipos de interés, aún será más negativa.

El anuncio de uno de los miembros del equipo de crisis formado conjuntamente por el presidente electo, Kim DaeJung, y el actual Gobierno, sobre la presentación inminente de un proyecto de ley que facilitará los despidos en las instituciones financieras, ha desatado las protestas sindicales, con manifestaciones y demostraciones de fuerza en todo el país.

Las organizaciones laborales ven acercarse el sombrío panorama adelantado por los analistas del grupo LG: recesión en 1998 por primera vez en 18 años y tres millones de desempleados para un país que hasta ahora prácticamente desconocía el paro.

La reforma del sistema financiero, con la inevitable secuela de despidos, es una de las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha aprobado ayudas para Corea de nueve billones de pesetas (unos 60.000 millones de dólares).

Cambio de reglas

Los sindicatos han aceptado la congelación de los salarios, pero han pedido a cambio que se ponga fin al control familiar sobre los conglomerados financieroempresariales y que los funcionarios gubernamentales responsables de la crisis económica sean castigados.El vicepresidente del BancoMundial, Mark Malloch Brown, reconoció ayer en declaraciones a la televisión estadounidense ABC que la inquietud social en Corea y las consecuencias que pueden acarrear las medidas de urgencia del Gobierno coreano no se deben subestimar. En otras palabras, existe un alto riesgo de estallido social en el país.

En general, en toda la zona del sureste asiático, la preocupación sucede a la preocupación. Son continuas las informaciones sobre el estancamiento de la economía japonesa, las dificultades de sus cerca de 3.000 empresas semipúblicas; la corrupción en Indonesia (las autoridades de Yalcarta han impedido la-salida del país de tres ejecutivos del banco Central) o la ansiedad de los filipinos por el futuro del país.

Las informaciones sobre la cautela con la que las grandes multinacionales afrontan el futuro inmediato no ayudan a tranquilizar los ánimos. Más bien al contrario. Ayer se conoció que tres grandes compañías japonesas, Toshiba, NEC y Fujitsu, planean recortar sus programas de inversiones en pocentajes espectaculares que llegan al 40%.

En Europa se hacen cálculos. Según el Instituto Alemán de Estudios Económicos (IW), la crisis asiática sólo reducirá el crecimiento de la UE un 0,1%. El tranquilizador augurio se basa en un dato concreto: la UE tan sólo exporta a la zona un 7% de su producción.

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