La patronal francesa se rebela contra la semana laboral de 35 horas

La patronal francesa ha declarado la guerra a la semana laboral de 35 horas que quiere implantar el Gobierno de Lionel Jospin. Entre ayer en Nantes y el próximo 16 de diciembre en París, el Consejo Nacional del Patronato Francés (CNPF) organiza 50 mítines en todo el país para movilizar a los empresarios contra una ley que la ministra de Empleo y Solidaridad, Martine Aubry, presentará mañana al Consejo de Ministros.

El CNPF, tras el lema "En materia de trabajo no todo el mundo calza un 35", quiere suministrar argumentos con los que convencer a todos los empresarios, a parte de la opinión pública y a ciertos sectores del Gobierno sobre el hecho de que "la generalización de las 35 horas son perjudiciales para la economía, para el empleo y para Francia". Una encuesta encargada por el propio CNPF permite respaldar la validez o credibilidad de esas afirmaciones dentro del mundo empresarial, pero también demuestra que ni existe unanimidad ni coincidencia en el catastrofismo. Un 85% de los empresarios se dice "contrario las 35 horas" pero la hostilidad es mucho mayor en sociedades de menos de 10 trabajadores que en las que cuentan con más de 500. Quienes ven con más temor la reducción de la semana laboral son el sector del transporte y el comercio, dos sectores que ahora tampoco respetan la legalidad de las 39 horas semanales.Los trabajadores, por su parte, son en un 69% favorables a las 35 horas. Asalariados y propietarios coinciden sin embargo, en creer que la mejor manera de crear puestos de trabajo pasa por "reducir las cargas sociales que pesan sobre las empresas". Entre la patronal, el 60% también opina que "ralentizará el crecimiento" y un 63% está convencido de que la medida aumentará el coste del precio del trabajo en un 5%".

La campaña contra las 35 horas tiene que cerrarse con la elección al frente del CNPF de Ernest-Antoine Seillière, que promete "desestabilizar el Gobierno Jospin" en el asunto de la reducción del tiempo de trabajo.