Abbey Road revive en el sur

La prole musical de los Beatles sigue creciendo, aun tres decenios después de que los chicos de Liverpool alcanzaran la cima de su éxito universal. Y la principal cantera es el sur, con municipios como Móstoles o Fuenlabrada, donde la fiebre beatlemaniaca ha parido nuevos grupos, como los Backties, o ha adoptado a otros de fuera de la región, caso de los Green Apples, que crean adeptos entre la nuevas generaciones, ya sea desde el escenario o dentro de las aulas.Los Green Apples se encargaron, hace un mes, en Fuenlabrada de reavivar el espíritu musical de los sesenta a través del ciclo Clásicos del siglo XX, organizado por el Ayuntamiento y la obra social de Ibercaja. Ante más de 1.200 alumnos de primer y segundo ciclo de la ESO, estos emuladores de los Beatles recrearon, en recitales de hora y media, lo más importante de la obra musical de los autores de Help!, evocando temas míticos para dar una visión de la aportación también sociológica a la etapa más moderna de nuestra historia. Según la concejal de Cultura, Carmen Bonilla, los escolares aprendieron algo más del entorno cultural contemporáneo gracias a las explicaciones previas a cada canción que los Green Apples les brindaron. "No sólo hablaron a los chavales de las raíces musicales, sino también de las referencias históricas que han servido para profundizar en la evolución de la música", comentó Bonilla.

El ciclo Clásicos del siglo XX tiene previsto celebrarse asimismo en la localidad vecina de Móstoles, donde los Green Apples se encontrarán con sus gemelos, los Backties, un conjunto que se ha forjado también desde las aulas, ya que la mayoría de sus componentes proceden de la docencia. Eduardo Gómez, alias McCartney, por ejemplo, es el abuelo del grupo (47 años) y pasa la semana en las clases del colegio Villa de Móstoles, impartiendo lengua y literatura, amén de ocuparse de la dirección del centro. Lo mismo ocurre con José Lapido, de 33 años, Lennon en lides musicales, quien ejerce como jefe de informática de una editorial. El tercero del grupo, Antonio Aguilar, de 32, clon musica de Ringo Starr, también se sienta a la batería sólo cuando se lo permiten sus labores de administrativo en el colegio Villa de Móstoles. Y algo parecido le sucede a Goyo Arroyo, de la misma edad, quien, entre soldadura y soldadura -es especialista en circuitos electrónicos-, memoriza los acordes que vomitara la guitarra de George Harrison.

El embrión de los Backties se gestó en el centro escolar Villa de Móstoles. Años atrás, Eduardo fue profesor de EGB de sus actuales compañeros musicales, por lo que no es de extrañar que el colegio sea el cuartel de operaciones del grupo. En el aula de tecnología, entre taladradores y alicates (Internet puede esperar), enchufan los instrumentos y se lanzan a ensayar durante cuatro horas cada sábado. Es su versión de los estudios de Abbey Road, donde los Beatles grababan con su propio sello, Apple.

Enfundados en trajes negros de corte clásico, camisa blanca y corbata estrecha, acuden a todas las citas que van saliendo una vez superado el parón estival. Por el momento insisten en que la cuestión económica no les importa, salvo ex cepciones: "Aunque sólo sea por dignidad y por el cariño con que preparamos las canciones, no podemos aceptar ofertas de 20.000 pesetas cuando van por ahí bandas pachangueras tocan do en bodas por 80.000 pesetas la noche", resaltan.