"Queremos quioscos decentes y con suficiente capacidad"

Un trabajo sacrificado, un horario que va de sol a sol y unos beneficios mínimos en muchos casos son los ingredientes del quehacer diario de los vendedores de prensa de Madrid. Para mejorar está situación, la Asociación de Vendedores Profesionales de Prensa, que agrupa a 700 quioscos de los 1.200 que hay en la capital, ha elaborado un Libro Verde para que se mejore y se cambie la ordenanza de 1985. Al frente de la asociación está Rosa Garrigós González, una mujer que lleva más de cuarenta años en la profesión. Desde que comenzó a trabajar su situación ha ido cambiando. En los años de la posguerra vio cómo su abuela vendía los periódicos en cajones a la salida del metro. Ahora las cosas han mejorado bastante. Eso no impide que su quiosco esté abierto unas 14 horas al día. Viuda y con cinco hijos, regenta un puesto de venta en la madrileña calle del Conde de Peñalver. Sólo disfruta, al igual que el resto de sus compañeros de profesión, de tres días de fiesta al año. El resto son madrugones y atención al cliente.P. ¿Cuáles son los problemas de los vendedores de prensa en Madrid?

R. Muchísimos. Dependemos del Ayuntamiento totalmente, porque estamos en terreno municipal. Hay unas normas de 1985 que están anticuadas, ya que entonces los quiosqueros no vendíamos muchas de las cosas que ahora sí vendemos, como tabaco o chicles. De repente, el año pasado ha habido inspecciones en los puestos. Las concejalías nos dicen que no los podemos vender. Hemos notado que hay un movimiento en contra de nosotros. Eso nos ha puesto nerviosos, porque hay gente que nos dice que estorbamos en la calle. Siempre hemos estado en ella y nunca ha pasado nada.

P. Se quejan de estar en precario.

R. Sí, y es cierto. Las concesiones de quioscos se hacen a la unidad familiar y no puede tener ingresos ninguno de los cónyuges. Ahora, si no está el titular en el puesto pueden multarte. No se dan cuenta de que estamos 14 horas abiertos y que ese tiempo no hay persona que esté en un sitio rijo. Por ello reivindicamos que el Ayuntamiento reconozca la figura del colaborador.

P. ¿Se sienten marginados?

R. Frente al Ayuntamiento sí. En algunos momentos va en contra nuestra. El alcalde en sí, nunca. Lo que nos ha dicho es que cuando le llegó el borrador de las nuevas normas él mismo tachó algunas partes. Cuando le dijimos que nos habían obviado, el alcalde nos prometió que nunca llevaría a un pleno unas normas que no se hubiesen discutido por ambas partes.

P. ¿Cuáles son las soluciones a sus problemas?

R. Queremos un quiosco decente, bueno, en el que puedas estar 14 horas y en el que entre todo el género que nos traen. No podemos rechazar ninguna publicación y todo eso ahora no nos cabe.