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Garzón ordena prisión incondicional para el patriarca de los Charlines

Xosé Hermida

Baltasar Garzón no ceja en su empeño contra su viejo conocido Manuel Charlín Gama, considerado el patriarca del clan de los Charlines, una de las más célebres bandas de narcotraficantes de la ría de Arousa (Pontevedra). Por tercera vez desde que en 1994 se le absolvió en el caso Nécora, Charlín fue detenido el lunes a petición del juez de la Audiencia Nacional, quien ayer ordenó para él prisión incondicional. Garzón le imputa ahora el transporte de 6.000 kilos de cocaína que aparecieron en julio flotando frente a la costa marroquí.

Ni Charlín ni Garzón se conceden tregua. El primero, según el juez, por seguir importando miles de toneladas de cocaína. El segundo, porque siempre anda alerta con él. La absolución de Charlín fue uno de los grandes fracasos de Garzón, que instruyó el caso Nécora y le tuvo encarcelado durante tres años y nueve meses por acusaciones que, luego, el tribunal consideró sin fundamento. Desde entonces, Garzón ha enviado a Charlín a prisión tres veces más; ha procesado a la mitad de su familia, incluida su esposa, sus hijos y sus yernos, y ha sometido a intervención judicial la parte conocida de su entramado empresarial.El magistrado viajó días atrás a Marruecos, con una comisión rogatoria, para investigar la posible participación de españoles en el transporte de seis toneladas de cocaína. La droga había aparecido flotando frente a unas playas de Kenitra, cerca de Rabat, en julio.

Por las pruebas y los testimonios recogidos, Garzón atribuyó a Charlín, de 67 años, la propiedad de la coca y dictó orden de arresto contra él, que se cumplió anteanoche en Vilanova de Arousa (Pontevedra), donde reside el patriarca cuando no está en presidio.

Junto al supuesto capo fueron arrestadas otras dos personas, ambas acusadas de enrolarse como tripulantes en el buque que cargó la droga en Suramérica y se deshizo de ella frente a Marruecos por temor a ser descubierto. Una de ellas, José Ramón Ventoso Padín, Rocco, es un antiguo empleado de Charlín que figura en otros sumarios por narcotráfico y para el que Garzón también decretó ayer prisión incondicional. De la otra, Vicente Alves Dieste, de 35 años, vecino de Boiro (A Coruña), no se conocían, en cambió, implicaciones a gran escala. Garzón inició el interrogatorio de Charlín ayer por la tarde y lo mandó a la cárcel.

El magistrado tiene abierta otra causa en la que Charlín aparece como organizador de transportes de cocaína a bordo del barco Halcón II. El sumario se inició tras las declaraciones del arrepentido Daniel Baúlo, quien le acusó de financiar el desembarco de 600 toneladas de esa sustancia en Muxía ( A Coruña). Las revelaciones de Baúlo, jefe de Os Caneus, un clan menor que trabajaba para los Charlines, permitieron detenerle en julio de 1994, Sólo unos días después de su absolución por el caso Nécora. Baúlo fue asesinado más tarde en la puerta de su casa por tres sicarios colombianos.

El patriarca salió de la cárcel en marzo de 1995, pero regresó ocho meses después al descubrir Garzón nuevos indicios contra él. Recuperó la libertad por última vez el pasado 23 de febrero, cuando la Audiencia estimó un recurso de sus abogados.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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