Jospin logra que la patronal vuelva hoy a la mesa para negociar el fin de la huelga de camioneros

El bloqueo de las refinerías, los depósitos de carburantes, las áreas industriales y los puntos neurálgicos de las grandes rutas se acentuó ayer en Francia después de que el Gobierno fracasara en su intento de sentar a la mesa de negociaciones a la Unión de Federaciones de Transportes (UFT), la principal organización empresarial (80% del sector). La ausencia de la gran patronal en la reunión celebrada durante la mañana de ayer bajo el auspicio del ministro de Transportes, Jean-Claude Gayssot, disipó por sí misma las esperanzas en una solución inmediata del conflicto y pospuso la salida a un nuevo encuentro que se celebrará hoy y que sí tiene visos de, al menos, mejorar la situación tras la disposición de la patronal de acudir a la cita. A última hora de la tarde, la FFOCT, principal federación de la patronal UFT, anunció su disposición a volver a la negociación y dijo que el preacuerdo alcanzado el domingo sin su concurso " puede favorecer el cierre de las negociaciones en breve plazo".Las reticencias pueden llegar de Fuerza Obrera (FO) y CGT. Tras haber saludado el acuerdo fue rechazado por sus bases y los dirigentes exigen ahora renegociar sobre "bases nuevas" tratando de capitalizar la ventaja fáctica del bloqueo. -

Ese preacuerdo, no aceptado tampoco por la central comunista, la CGT, contempla aumentos salariales inmediatos del 4% y 5%, según las categorías, y un sueldo mínimo mensual de 10.000 francos (250.000 pesetas) a partir de julio del año 2000. Para los conductores de ámbito regional sería de 56 horas semanales, un aumento del 5% (3% para los salarios más altos) y aumentos desde el 2000, que pueden llegar al 23%.

Durante la jornada, y en contraste con los progresivos efectos de la huelga que ha obligado a restringir la venta de combustible en buena parte de Francia, la parsimonia mostrada por la UFT resultó exasperante. Los dirigentes de patronales dedicaron teóricamente la jornada a consultar a sus divididos afiliados.

Mientras la lista de empresas y sectores perjudicados se incrementaba [para los camioneros españoles, la jornada tranquila, según un portavoz de la Confederación Española de Transportes de Mercancías, aunque se cifra en 8.000 el número de camioneros atrapados], las gasolineras cerraban progresivamente y se daba cuenta de incidentes -tres heridos en Lille al intentar forzar una barricada-, los gobiernos europeos redoblaron sus presiones sobre París para que establezca pasillos que garanticen el tráfico internacional.

El propio presidente de la República, Jacques Chirac, rompió su silencio para, en sintonía con los dirigentes conservadores que reprochan al Gobierno socialista cierta pasividad, indicar que el Ejecutivo debe tomar las medidas necesarias para para asegurar la libertad de circulación.

Las Compañías Republicanas de Seguridad (CRS), dotadas en algunos casos de vehículos blindados ligeros, intervinieron ayer en varias ocasiones deshaciendo las barreras formadas con camiones de gran tonelaje e impidió el cierre completo de las rutas. En algunos casos, como en el túnel de Calais, los propios piquetes optaron por levantar el bloqueo que mantenían desde dos horas antes. Tres policías y vanos camioneros resultaron heridos en enfrentamientos. De las 160 barreras existentes, sólo una veintena impiden también el tráfico a los turismos. En las fronteras y en las autopistas el tránsito era bastante fluido.

Durante la intervención parlamentaria en la que confirmó el propósito de presentar este lunes al Consejo de Ministros un proyecto de ley para regular y mejorar las condiciones de trabajo de- los camioneros, el propio Jospin responsabilizó a la UFT de haber contribuido con su postura al levantamiento de las barreras, que atenazan el transporte por carrera. Según el primer ministro francés, el proyecto de ley permitirá reforzar el control de las infracciones, tan abundantes en ese sector, y generalizará la obligatoriedad de la formación al conjunto de los conductores.