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Maradona: "No juego más en este país"

El jugador cumplió ayer 37 años y dio negativo en el último control antidopaje

Tenía que ser así, de un día para otro y de un modo intempestivo, sin pensárselo dos veces. Diego Maradona no podía dejar el fútbol voluntariamente, como un jugador más. Necesitaba una, excusa poderosa, más fuerte que su adicción, y la encontró al fin. El rumor sobre la muerte de su padre, difundido por una emisora de radio, y las versiones sobre otro "positivo" en el control antidopaje que le realizaron tras el River-Boca del pasado sábado, acabaron por destrozarle la pasión. Luego se conoció que no dio positivo en el partido River-Bóca jugado el pasado sábado y que terminó con la victoria del Boca por 1-2. Maradona sólo jugó un tiempo."Se terminó, se terminó el gol a los ingleses, los títulos, todo, se terminó todo, le había prometido a mi viejo que la próxima vez que se metieran con él dejaba el fútbol y voy a cumplirlo. No tienen perdón de Dios, son unos hijos de puta, no juego más en este país, no juego más". Ayer cumplió 37 años. "Será el cumpleaños más triste de mi vida".

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En los telediarios de la noche se difundían las imágenes de su vida como si hubiera muerto. La noticia tan temida fue recibida al fin con alivio. Maradona ya no podía jugar más en un nivel de alta competición. En los últimos 40 días sólo participó en dos tiempos de 45 minutos. El pasado sábado, tras 20 días sin entrenar por una lesión muscular en la pierna derecha, volvió a jugar y apenas pudo soportar un tiempo. Estuvo parado en el campo, mirando pasar a los compañeros y a los rivales. En el descanso le dijo al entrenador que quería salir porque se había resentido de la lesión. Ésa fue otra señal. Nunca antes Maradona había abandonado a su equipo en la mitad de un partido a causa de un golpe o de un dolor. Algo superior a él debía forzarle a salir. En España deben recordar todavía cómo insultó a su amigo Carlos Bilardo cuando entrenaba al Sevilla y decidió remplazarle.

El lunes, cuando su padre sintió nuevamente dolores en el pecho a causa de la hipertensión que padece, una emisora de radio difundió como versión la gravedad de su estado y dio a entender que había muerto. Maradona dice que eso le volvió "loco". Intentó llamar por teléfono a la casa de sus padres y como no se pudo comunicar "daba saltos, caminaba por las paredes. En ese momento pensé que no valía la pena seguir así, que nada más tenía sentido. Que digan de mí cualquier cosa, si fui buen jugador o no, si soy un enfermo, un drogadicto, lo que quieran, ya no importa nada, pero no, tienen derecho a meterse con mi viejo. No tienen perdón de Dios, son unos hijos de puta".

El martes por la tarde, cuando aún no se habían abierto los frascos de orina en el laboratorio de control antidopaje tras la jornada disputada el pasado sábado, en toda la ciudad se decía ya que ya que el análisis de Maradona había dado nuevamente "positivo". Sin embargo, ayer se confirmó que los dos controles, el que se realiza por orden de un juez y el que le hicieron por sorteo, dieron "negativo".

Los periódicos recogían el anuncio de su retiro con grandes titulares en las portadas, publicarán luego los reportajes que tienen preparados desde hace tiempo como si fueran necrológicas y pedirán para él un partido homenaje. Todos los medios de comunicación recordarán su vida, su trayectoria, sus goles y sus títulos. El propio Maradona va a leer sobre sí mismo como si se tratara de otro, de un jugador que hace ya tiempo entró en la leyenda.

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