Descalabro de cuatro equipos de Primera

La segunda ronda de la Copa del Rey pasó factura a cuatro equipos de Primera División. Los dos asturianos-Oviedo y Sporting-, Tenerife y Espanyol no pudieron superar a equipos muy inferiores, sobre todo el conjunto de José Antonio Camacho, que se medía a un Segunda B, el Figueres.

La Copa, justamente el único trofeo que ha ganado en su historia ya casi centenaria, es hoy una tortura para el Espanyol. Invictos en la Liga, los suplentes de Camacho emborronaron ayer el trabajo loable de los titulares, de los que ayer sólo jugaron tres.

Tres años después de su última eliminación copera a manos de Las Palmas, el Tenerife volvió a caer ante su máximo rival regional, en un encuentro vibrante, aunque con escaso juego y en el que los blanquiazules no pudieron sacar partido de su mayor dominio. Las Palmas, que había ganado en su estadio 3-2, se adelantó muy pronto en el marcador (minuto 9) y a la media hora ya anotaba el segundo. A diez minutos del descanso, André Luiz, de penalti, lograba el 1-2, y nada más comenzar el segundo tiempo Kodro conseguía el gol del empate. A pesar del dominio, el gol que hubiera supuesto la prórroga no llegó y el Tenerife quedó eliminado.

Las otras dos grandes sorpresas las dieron Alavés y Osasuna, que eliminaron a Oviedo y Sporting, en una demostración de que los dos conjuntos asturianos no atraviesan un buen momento.

El Rayo no pudo

El Extremadura hizo valer el triunfo que logró en la ida en Madrid (0-1) y, con un empate (0-0), eliminó de la Copa del Rey al Rayo Vallecano en el partido que significó el regreso de Yosu Ortuondo al estadio Francisco de la Hera. El equipo madrileño, con la eliminatoria cuesta arriba, intentó inclinar la balanza a su favor desde el comienzo del choque y tuvo dos buenas ocasiones en la primera parte. En la segunda, Ortuondo dio entrada a Onésimo para aumentar el potencial ofensivo de su equipo, pero el delantero rayista vio dos tarjetas amarillas en los primeros diez minutos de este periodo y fue expulsado. El encuentro se convirtió a partir de ahí en un ir y venir de una portería a otra, aunque fueron los locales los que dispusieron de las mejores opciones de gol.