El Athletic no necesitó ni jugar bien

Definitivamente, El Molinón es un chollo para cualquier equipo que pase por allí. Con la última remodelación ha quedado un campo coqueto, agradable a la vista, pero vacío de contenido. Al menos, para la afición del Sporting, que no se siente nada cómoda en su casa. Los que llegan de visita si que se lo pasan bien. Como ayer el Athletic, que no pudo encontrar mejor remedio para cortar la epidemia de empates.

En los últimos seis años, el Athletic había contado por exhibiciones sus viajes a Gijón. Ayer no le hizo falta ni jugar bien. Sobró con su reconocida solvencia defensiva y un par de pinceladas de Joseba Etxeberria. El Sporting es un pobre de solemnidad en la Liga de las Estrellas y de los millones. Por eso cualquier rival, tenga el calado que tenga, se le atraganta.

Ayer, el equipo de Maceda se hizo banas ilusiones durante 42 minutos, hasta que Carmona Méndez consideró penalti lo que pareció un tropiezo de Sergio con Etxeberria. El Athletic no había merecido nada hasta ese momento, pero tenía al Sporting bien controlado. Luis Femández había retocado el equipo, adelantando a Ríos para tapar a Lediakhov, con lo que cortó la vía de suministro a Kaiku y Sherichev. Los locales se perdieron en balonazos imposibles desde la defensa.

El segundo gol, tras el descanso, fue más que una sentencia. Ni el penalti absurdo de Ferreira permitió pensar en el empate.