"¿Le parezco un salvaje?"
Pol Pot, el denrocado líder de los jemeres rojos, el hombre que entre 1975 y 1979 corivirtió Camboya en un campo de la, muerte, se defiende -en la primera entrevista que concede en 18 años- de la acusación de genocida que pesa sobre él: "Vine para librar una batalla. ¿Le parezco un salvaje? Tengo la conciencia limpia. Tuvimos que tomar medidas para defendernos. Sin nuestra lucha, ahora mismo no existiría Camboya". Enfermo y muy débil, Pol Pot habla a sus 72 años desde su encarcelamiento en Anlong Veng, donde le retienen sus antiguos camaradas tras haberlo juzgado por asesinar a su antiguo hombre de confianza, Son Sen, y a toda su familia. Pol Pot reconoce que su régimen mató a 30.000 compatriotas, pero rechaza los cálculos que hablan de entre uno y dos millones de sacrificados: "Decir que murieron millones de personas es excesivo".
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