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La policía danesa acusa a una enfermera de aplicar la eutanasia a 22 ancianos

Dinamarca se vio ayer conmocionada por un espeluznante caso, situado a medio camino entre el suceso y el debate social. Una enfermera fue acusada de la muerte de 22 ancianos en una residencia con un confuso móvil que mezclaba "el ánimo de lucro con la compasión". A la vez que se apropiaba del dinero de sus víctimas, hasta un total de 14 millones de pesetas, les practicaba una "eutanasia activa" con un somnífero derivado de la morfina, que adelantaba sus muertes sin levantar la menor sospecha. Así, entre 1994 y 1997, al menos 15 mujeres y siete hombres fallecieron sin ningún dramatismo. "K está decidida a morir. Se ha suspendido la medicación", anotaba en el diario del asilo. "Los deseos de morir de AS deben aceptarse. Se suspende la medicación". Solamente las denuncias por la sustracción de dinero en cuentas de los ancianos, que realizaba al utilizar las tarjetas de crédito que ellos le habían confiado,provocaron las sospechas policiales.

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