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Vuelve la marca china

Nuevas sospechas tras los récords en natación y halterofilia y las grandes marcas en atletismo

Los Juegos Nacionales de China, que se disputan desde el día 13 en Shanghai, han vuelto a abrir la caja de las dudas sobre las curiosas explosiones del deporte en el gran país asiático. Las impresionantes marcas que se están consiguiendo, especialmente en natación, atletismo y halterofilia, suponen un nuevo y sospechoso salto cíclico en sus logros, que no se corresponde con las actuaciones de China en las grandes competiciones y sí, en cambio, recuerda situaciones anteriores en que todo quedó en entredicho. Y ello sucede en un año postolímpico, que habitualmente se toma como de relajación en el alto nivel, incluidos Mundiales como los de atletismo, en Atenas.El gigante chino se afianzó como la cuarta potencia mundial en los Juegos Olímpicos de Atlanta, tras Estados Unidos, Rusia y Alemania. Pero no asombró. Sólo en halterofilia (masculina, pues la femenina no empezará hasta Sydney 2000) se advirtió un gran nivel, aunque siempre en los pesos bajos. Pero no estuvieron las desaparecidas fondistas del inefable entrenador Ma Junren -ausentes también en Atenas- y que en 1993 sorprendieron con tres récords mundiales. En natación, sólo una china, Le Jingyi, ganó una prueba en Atlanta, los 100 metros libres. Sin embargo, sólo dos años antes, de los 16 títulos en disputa en los Mundiales de natación de Roma, las nadadoras chinas ganaron nada menos que 12, con cinco récords del mundo.

A las atletas, destrozadas y casi retiradas por los métodos inhumanos de Junren, nunca se les encontró nada, pero a las nadadoras sí. Los Juegos Asiáticos de Hiroshima (Japón), en 1994, se saldaron con uno de los grandes escándalos de la historia del dopaje. Once deportistas chinos, cuatro nadadores y tres nadadoras, dos piragüistas, una atleta y una ciclista, dieron positivo en los análisis. Entre las detectadas estaban Lu Bin y Yang Aihua, campeonas del mundo de 200 estilos y 400 libres.

La escalada china se fue por un barranco y se descubrió, incluso, la larga mano de antiguos técnicos de la RDA. Han pasado dos años -también el plazo de la sanción del dopaje- y la historia, aunque sin sanciones de momento, se repite. Las protestas ya han empezado, sobre todo en Australia, donde se disputarán a primeros de enero los Mundiales de Perth. Chen Yan y Wu Yanyan han batido los récords mundiales de 400 y 200 estilos.

En halterofilia, los hombres llevaban hasta ayer cinco récords del mundo batidos y las mujeres llegaron a superar 15. Dos de ellas aun siendo en casa, ya han sido suspendidas. Jin Chunlan, quinta en los 70 kilos, se presentó al control con la orina ya preparada.

Las sospechas pueden ser infinitas. En atletismo, ha reaparecido Ma Junren, y Jian Bo, una de sus nuevas chicas, se quedó en los 1.500 metros, con 3.50.98 minutos, a 52 centésimas, del récord mundial de Qu Yunxia en 1993. Qu cayó esta vez en la final y Junren acusó a otras atletas de provocar la caída. Otras dos corredoras de Junren, sin embargo, también bajaron de 3.54 y una de ellas incluso bajó de los 31 minutos en un 10.000 que habría arrasado en Atenas. Allí sí estuvo Li Xuemei, apenas cuartofinalista en los 100 metros. Pero el colmo es que ahora ha hecho 10.79 segundos, la segunda mejor marca de la temporada -tras los 10.74 de Marion Jones-, y séptima de todos los tiempos. Más dudas todavía.

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