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FÚTBOL: SÉPTIMA JORNADA DE LIGA

El Espanyol acribilla al Betis

Esnáider y Ouédec aprovecharon los errores defensivos del equipo andaluz

Robert Álvarez

El Espanyol acribilló a un Betis que se plantó en el campo como los grandes y perdió como los pequeños. Lo contrario de lo que le pasó al Espanyol. Cuestión de apariencias. Parece el Betis mucho más equipo. Pero el fútbol no es ni nombres ni estadísticas. Cuenta más la picaresca y esa insondable sabiduría futbolística que caracteriza a entrenadores como los que ayer se sentaban en los banquillos del estadio olímpico que las nóminas de estrellas, el dominio territorial y las salvas de ocasiones. Camacho le ganó la partida a Luis Aragonés, uno de sus maestros. El Espanyol, con el disfraz de David, acabó maltratando al Betis, que hizo un tímido intento de ganar al estilo Goliath y acabó pidiendo la hora para poner fin de su suplicio.La puntería y contundencia del Espanyol valieron más que todas las ocasiones béticas. Los papeles acabaron de definirse con el tanto de Esnaider. El Betis tuvo mucha mayor continuidad gracias a su ascendencia en los flancos. Por la izquierda Jarni y Fernando, en su falsa posición de lateral, obligaron a trabajar a destajo a Cristóbal y Pacheta. Por la derecha, Finidi pese a la implacable persecución de Quique Martín, aportó su cuota de excelentes centros. En punta, Oli y Alfonso llevaban por la calle de la amargura a toda la defensa blanquiazul. Pero la extraordinaria movilidad de las dos balas del Betis no acababa de inscribirse en un dibujo de elaboración más razonable. Es más, la mayor parte de las veces era de la velocidad y de la insistencia de dondeOli y Alfonso se sacaban de la manga acciones de peligro e incluso ocasiones. Pero le faltaba al Betis elaboración en su juego ofensivo.

El Espanyol se encontró a gusto con el papel de esforzada resistencia. No le importó meterse en la trinchera. Se dedicó a cerrar todos los candados. Brnovic y Galca sólo pudieron batallar por mantener la posición. Nada más. Pero sus jugadores se encontraron muy a gusto con el estilo directo que les propuso Camacho. Sin apenas transición y con balones contados, Ouédec y Esnaider construyeron una goleada que nadie esperaba. El Betis parecía mucho más equipo pero su entramado se demostró muy poco sólido.

Pagó el Betis los defectos que se han manifestado donde descansaban todas sus virtudes hasta la pasada temporada. Su defensa fue presa fácil. Desde el error inicial de Otero que le brindó el primer tanto al Espanyol hasta el naufragio colectivo final fue en esa línea donde el Betis llevó su penitencia. El Espanyol no le perdonó ni una. Ton¡ se dedicó a parar las acciones individuales, desde el primer alarde de Alfonso, con un cambio de balón de derecha a izquierda y disparo a bocajarro. De nada le sirvió al Betis el virtuosismo de Alfonso ni de Oli ni los remates constantes: Toni lo paraba todo, hasta una decena de disparos de Alfonso, de Jarni, de Finidi...

Es evidente que Luis Aragonés tiene un problema al contar con dos jugadores para un mismo puesto por la banda izquierda: Jarni y Fernando. Ayer al menos se demostró como la peor de las soluciones situar a Fernando como falso lateral zurdo. Si a ello se añade el negro día de Otero y los titubeos procedentes de los tibios marcajes de Finidi a Quique Martín se acaba de en tender parte de los problemas que asolan al Betis. La virtud del Espanyol y de Camacho estribó en ser los primeros en observar el talón de Aquiles del grupo de Luis Aragonés.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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