Romario, 'o rei da noite'

Desde los 18 años, Romario combinó lo que parecía imposible: los goles de días y los bailes de noche. Ha sido el cóctel que ha agitado con éxito desde sus primeros años en el fútbol y a él se aferra ahora que, a sus 31 años, se apura su carrera profesional. Desde ese punto de vista, la sinceridad del delantero resulta aplastante: "La noche es mi amiga. No me escondo. Necesito salir para marcar goles" dijo Romario el sábado. Sus declaraciones han provocado un silencio sepulcral en todos los estamentos del club.La indignación de la hinchada del Valencia se dispara, sin embargo, cuando descubre que el jugador no está listo para jugar en Vigo (tiene molestias), pero sí para danzar en las pistas salseras de la ciudad hasta altas horas de la madrugada. Todo ello al módico sueldo de 417 millones.

Romario tan sólo ha jugado 74 minutos en lo que va de temporada, mientras que en el año pasado no pasó de cinco partidos. Ese es el balance numérico que el delantero ha ofrecido al Valencia hasta el momento, al tiempo que en torno a su figura se han germinado una serie de crisis que desembocaron en el décimo puesto del equipo en la pasada Liga, y en el decimosexto en la actual.

Todo ello deja al presidente del Valencia, Francisco Roig, máximo valedor de Romario, a los pies de los caballos. De cierta manera, Roig ascendió a la presidencia a través del brasileño, que le sirvió de ariete contra el anterior presidente, Arturo Tuzón, que se negaba a fichar al delantero.

Ahora, Tuzón, desde la lejanía, disfruta la dulce venganza que le provoca, la reiteradas crisis que Romario provoca en el club dirigido por su protector. Desde la llegada de Romario, al Valencia, éste no ha levantado cabeza. Tiene razón el delantero cuando afirma que el presidente sabía de su vida licenciosa cuando le fichó. "Romario es la persona más inteligente que he conocido. Sale por las noches, pero ni fuma ni bebe alcohol" dice el presidente, que, por contra, arremetió contra los jugadores que, a finales de la pasada campaña, se dedicaban a "la dolce vita". "A partir de ahora vamos a imponer una disciplina férrea" añadió. Será, probablemente, para todos los demás jugadores, pues ya entendía Roig que Romario era un caso aparte.