Los líderes se toman un descanso
Fraga, Caballero y Beiras enmudecieron ayer tras medio mes de frenética campaña
Manuel Fraga aprovechó ayer la jornada de reflexión para salir de compras por A Coruña con su hija y con su nieta, después de visitar su despacho en la Xunta, donde se entrevistó con el consejero de Cultura y Comunicación en funciones, Jesús Pérez Varela, y la sede del partido en Santiago . Pasó la tarde en su casa de Perbes, conversando y jugando al dominó con sus amigos, para volver a dormir a su residencia oficial de Roxos.La de ayer fue la partida de dominó más esperada por el tío Paco de Foyos, un valenciano septuagenario que ha seguido de cerca, desplazándose en el, vehículo habilitado para la prensa, la campaña del presidente de la Xunta. El propio Fraga se la había prometido en plena refriega electoral.
El tío Paco se ha enfrentado a Fraga en más de 40 ocasiones y no recuerda haberle ganado nunca. Son amigos desde hace 20 años y, como hace siempre que el presidente de la Xunta concurre a unas elecciones, ha asistido a todos sus mítines en esta campaña. Fraga se preocupó personalmente de que no le faltara un medio de transporte para desplazarse allá donde hubiera un acto en el que participara.
Manuel Fraga no protagonizó ayer ningún acto oficial. Tras permanecer unas dos horas en su despacho de la Xunta, a mediodía pasó por la sede del partido en Santiago para saludar e intercambiar impresiones con algunos candidatos, así como para agradecer el esfuerzo realizado por la militancia en la campaña. Pasó la tarde en su casa de Perbes y, a última hora, regresó a su residencia de Roxos, desde donde hoy saldrá para votar a mediodía en su pueblo, Vilalba (Lugo), aunque es candidato por A Coruña. Después de almorzar volverá a Santiago para seguir de cerca el escrutinio.
Pese a sus 74 años -el mes próximo cumple 75- y la lesión de cadera que le dificulta el andar, Fraga ha desarrollado una intensa actividad durante estos 15 días de campaña, en los que ha recorrido más de 5.000 kilómetros y protagonizado 21 mítines, además de inaugurar 28 obras concluidas -no del todo- y visitar otras seis.
También inauguró cuatro simposios y dos demostraciones sectoriales, mantuvo nueve reuniones en su despacho oficial, visitó una feria, presidió un Consejo de la Xunta, dio dos ruedas de prensa, presentó un libro y asistió a una cena coloquio, a dos misas -la de la boda de la infanta Elena, por la que suspendió la actividad electoral al día siguiente de haberla comenzado, y la del Pilar, patrona de la Guardia Civil-, a un acto castrense y a dos entregas de diplomas. Su actividad electoral la centró en sentar como primordial mensaje el de "yo o el caos".
Quien sí habló ayer, en plena jornada de reflexión, fue la ministra de Agricultura, Loyola de Palacio, que aprovechó una comparecencia ante los periodistas en Córdoba para lanzar todo un mitin en favor de Fraga; informa José Luis Rodríguez. Preguntada sobre su opinión sobre estas elecciones, De Palacio dijo que habían existido dos tipos de campaña: "La del PP, la de Manuel Fraga, y la de otros grupos que han buscado el insulto y la descalificación".
De Palacio indicó que Fraga ha dado cuenta a los gallegos de lo que han sido ocho años de gobierno del PP, "que han supuesto para Galicia un salto gigantesco de modernización y proyección hacia el futuro". Añadió que en Galicia "hay un antes de llegar Fraga y un después de su gestión, que yo espero que se prolongue durante los cuatro años siguientes".
Y a partir de aquí, la ministra dio a conocer una retahíla de logros que, su opinión, se han conseguido en Galicia desde que gobierna Fraga: "Ha sido llevar la gasificación, el hacer la telefonía para zonas aisladas, la incorporación de la electrificación en las zonas rurales, la introducción de la sanidad moderna, donde se han incorporado las nuevas tecnologías para permitir una sanidad eficaz y rápida en núcleos aislados, la modernización de las carreteras, el esfuerzo por la modernización de la flota pesquera, la mejor utilización del marisqeo en Galicia, que su regulación ha permitido multiplicar por varios dígitos su rendimiento y, sobre todo, la presencia de Galicia no sólo en España sino en Bruselas y en América del Sur".
Sólo habló ella. Abel Caballero, cabeza de cartel del PSG-PSOE, pasó las primeras horas del día en su domicilio de Vigo. Luego viajó a Santiago para comer con su familia. Ya por la tarde, se reunió con los responsables de su campaña electoral. La jornada la terminó sentado ante e televisor viendo un partido de fútbol, una de sus aficiones preferidas, junto con la música. Esta mañana Caballero será el más madrugador de los candidatos a la hora de votar. Lo hará a las nueve y media, en el ayuntamiento de Vigo.
El número uno de la coalición de izquierdas ha tenido que bregar en esta campaña contra dos monstruos políticos de enorme y diverso calado y contra una cierta orfandad de carisma. La primera disputa no era ninguna novedad. Frente a la segunda se ha escurrido, ha tomado peso y seguridad con los días y ha plantado cara al alto grado de desconocimiento con que partía. Cerró la campaña convencido de que va a ganar a Fraga, a Beiras y a las encuestas.
El enfrentamiento de Caballero con Fraga y Beiras procede de la noche de los tiempos, cuando en España y en Galicia la democracia era una trinchera minada. Caballero se tropezó con el ahora líder del BNG como alumno en la facultad de Economía de Santiago. El profesor, Beiras, transpiraba, como ahora, pasión por la política. Luego, cuando llegaron los años más difíciles, los jóvenes dirigentes del PSOE gallego, entre los que recaló Caballero, cuestionaron que esa devoción se diluyese en exceso en juegos florales y dialécticos.
De Fraga tiene peor recuerdo. Cuando Caballero se casó con Cristina Alonso lo tuvo que hacer exiliado en Lisboa, precisamente porque por de su manera de implicarse en política le habían surgido problemas en los franquistas tribunales de orden público. Dejó Santiago, se refugió en Londres y allí reclamó ayuda al embajador, Manuel Fraga, para que le solventase los inconvenientes que pesaban sobre su pasaporte por ser socialista y que le impedían regresar a España. Fraga ni le contestó. Sí le remitió una respuesta y una solución el cónsul, Fernando Morán, posteriormente ministro de Exteriores con Felipe González.
También en el Bloque tocó ayer descanso. "Deseo tanto como vosotros que esto termine", confesaba a los periodistas el candidato del BNG en los últimos días de campaña. Después de recorrer más de 3.000 kilómetros en 15 días, Beiras (61 años) pasó la jornada de reflexión en su casa de Brión, próxima a Santiago, junto a su compañera Aurora Pereira, quien discretamente le acompañó a casi todos los mítines.
Beiras únicamente se enfrentó ayer a un reto, interpretar al piano una sonata de Brahms "especialmente complicada", la Opus 5 Re menor, y a leer. Hoy no madrugará. Votará a mediodía en el juzgado de Brión; luego tomará un vino con los vecinos y se retirará hasta las ocho, en que acudirá a la sede de la organización en Santiago, inaugurada durante la campaña, para seguir el escrutinio.
En el BNG el ánimo es "altísimo, como nunca", según Amanda Álvarez, responsable de prensa. "Hace muy poco se nos hubiera hecho impensable la afluencia de gente a los mítines que hemos constatado en esta campaña. Ha sido, por sus planteamientos y desarrollo, una buena campaña; todo el mundo lo reconoce".
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