Los museos se ponen guapos

No va a ser siempre el Museo del Prado el que se lleve todos sus honores. Y, consecuentemente, todos los cuartos. Algunas salas entrañables, no siempre bien conocidas ni visitadas, se llevarán una alegría el día que Sus Señorías -las populares y las catalanas- bendigan las cuentas estatales para 1998. Porque, en el rosario de números, códigos y subsecretarías que incluyen esos mamotretos con los que todo ministro de Economía posa religiosamente ante el furgón se esconden algunos proyectos que darán esplendor, amén de socorrida vidilla, a algunas salas recoletas y hermosas de la ciudad.- Cuatro museos son los que pueden esbozar una leve sonrisa pecuniaria. En el de Antropología comenzará la rehabilitación de la sede, tres años para los que Hacienda guarda 790 millones; el Romántico entra en su segunda fase de mejora, con 285 kilos en los próximos dos años, y el Sorolla cuenta con otros 270 millones.Pero quienes se llevan más posibles para este 1998, que ya casi asoma, son las dependencias del Lázaro Galdiano, una deliciosa mansión en el 122 de Serrano que pasa inadvertida a buena parte del paisanaje "porque el madrileño se pasea poco", sospecha la directora del museo, Araceli Pereda.

Esta colección particular, que incluye goyas como El macho cabrío, muebles, esmaltes, marfiles, una jarra fenicia de hace 27 siglos o el codiciado Libro de Pacheco ("el quien es quién en caricaturas de la época de Felipe IV, lo define Pereda), es visitada por 25.000 almas al año, sobre todo, ¡qué cosas!, turistas extranjeros y españoles de otras provincias. Los 100 millones del año venidero servirán para una sala de exposición de libros y para recuperar el primoroso jardín.

Alcalá, Aranjuez, El Escorial y Madrid cuentan con otro motivo de regocijo: repartirse los 227 millones de Fomento para obras culturales (por ley, debe destinar a ello un porcentaje de su presupuesto).

Alcalá dispone de 81 millones para la rehabilitación de edificios del casco histórico y otros 70 para continuar la construcción de los (los kilómetros de marquesina que unirán el apeadero de Renfe con el campus. Este último es un proyecto singular del arquitecto uruguayo Eladio Dieste: un pasadizo sin paredes con una sucesión de techos abovedados. Estará terminado en el año 2000.

Cuarenta millones recibirá la segunda fase de la iglesia de Caracciolos (siglo XVII), que se convertirá en un moderno teatro, y otros 40 la rehabilitación del colegio de León (siglo XVI), sede del Instituto de Ciencias de la Educación. El teatro de Aranjuez se lleva 60 millones; los paseos en torno a El Escorial, 15, y 107, el Museo de San Isidro, en la plaza de los Carros de Madrid.