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FÚTBOL - CAMINO DEL MUNDIAL DE FRANCIA 98

Duelo apasionante y sin retorno

Italia e Inglaterra se juegan en Roma el pase para la fase final

Santiago Segurola

Dos colosos del fútbol, Italia e Inglaterra, se enfrentan esta noche (20.45, 21.45, Telemadrid en diferido) con la clasificación para el Mundial en juego y una vieja rivalidad, llena de diferencias y respeto, por medio. Nunca dos estilos tan diversos -la generosidad inglesa frente, al tacticismo italiano- han generado tanta admiración por su adversario. En las Islas se valora de manera superlativa el gusto por el detalle de los italianos, su minimalismo, su capacidad para sacar rédito de un golpe de ingenio y la sutileza especuladora de su fútbol. En Italia miran con superioridad a los ingleses, pero mantienen lazos sagrados con su fútbol. No es casualidad que la mayor parte del desembarco extranjero en la Premier League proceda del calcio (Zola, Di Matteo, Baiano, Lombardo, Vialli, por citar algunos). Hay algo en el sentido voluntarista y expansivo del fútbol inglés que toca la fibra sensible de los italianos. En Roma, esta noche, vuelve a reeditarse un clásico apasionante por lo que son los equipos, por lo que representan y por el desafío de alcanzar el Mundial a costa del otro.Quince mil, aficionados ingleses marcharán sobre Roma, donde todo parece desmesurado. La expectación, reflejada en las incontables páginas que dedica la prensa al acontecimiento, tienen casi un tono operístico. Italia, que ganó en Wembley (0-1) y se prometía un camino sencillo hacia el Mundial, se ha complicado la existencia con el empate frente a Georgia. Ahora está por detrás de Inglaterra y sólo obtendrá el billete si consigue la victoria.

Italia confía en la superioridad de sus jugadores y en la historia. Inglaterra no gana en suelo italiano desde el 24 de mayo de 1961 (2-3). Aquella victoria figura en la memoria del fútbol británico, pero también revela su inferioridad frente a sus viejos rivales. Siempre que ha habido algo grande en juego, Italia se ha impuesto.

Si hay un cambio en el destino se verá hoy en el estadio Olímpico. Como preámbulo optimista, los ingleses recuerdan que en junio, durante el Mundialito de Francia, ganaron 2-1. En Roma sólo necesitan un empate, aunque resultaría raro ver a Inglaterra en plan especulador. No lo sabe hacer.

En las filas italianas hay una desconfianza inesperada. De repente, el veterano Cesare Maldini está en entredicho. El hombre que sustituyó al odiado Sacchi para rescatar los valores clásicos del fútbol, fue vapuleado tras el empate frente a Georgia. Un empate lleno de miedo y mediocridad. A Maldini se le acusó de pusilánime por encarar el partido de Tiflis con un temor inapropiado. Ya no es el hombre querido por entrañable y por covercianista (la escuela clásica del fútbol italiano). Pero en un país de humor cambiante, la victoria le devolvería el cariño de la gente y el aprecio de la crítica.

El partido se anuncia fuerte en todos los sentidos. No se espera una belleza, porque las dos selecciones son como son, pero la emoción será enorme. Maldini sólo tendrá la baja de Di Matteo que será sustituido por Albertini, cuya ausencia ante Georgia fue muy criticada. Tampoco fue para tanto, pero siempre hay que buscar excusas en la derrotas. Glenn Hoddle, seleccionador inglés, tiene la duda de Gareth Southgate, el central del Aston Villa. Southgate es un favorito del técnico, que recupera al veterano Adams, un futbolista mediocre, pero sobrevalorado en Inglaterra.

Los dos equipos se emplearán con el mismo sistema (5-3-2), con la intención de marcar la diferencia en el centro del campo y con la fe puesta en gente como Zola o Wright.

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