Cristina ya no está sola

"Gran acontecimiento mundial", aseguraba el cartel de la plaza de toros de Cáceres para la tarde de ayer, 29 de septiembre. Añadía: "Por primera vez en la historia de la tauromaquia, una mujer toma la alternativa en España de la mano de otra mujer".Y de primeras veces iba la tarde. Era la vez primera e la reciente matadora de toros Cristina Sánchez, doctorada en Nimes Francia) en mayo 1996, cedía los trastos a otro compañero/a; la vez primera que dos mujeres protagonizan una tarde de consagración taurina; y la vez primera que una mujer toma a alternativa en España en más de 200 años de presencia activa en los ruedos e las mujeres toreras. Así, Mari Paz Vega, malagueña, de 22 años, pasa a ser la segunda matadora de toros en pertenecer al escalafón taurino. Su madrina Cristina ha mostrado su satisfacción "por dar la alternativa a otra mujer", algo que no creía que ocurriera tan pronto.

Esta tarde taurina había despertado gran expectación, hasta el punto de que cadenas de televisión de Corea del Sur, Estados Unidos -como la ABC y la CNN-, Francia y Surámerica estaban acreditadas. Canal + retransmitió en exclusiva y en directo el festejo. En la ceremonia, donde los toreros vestían al estilo goyesco, actuó como testigo Antonio Ferrera, que salió por la puerta grande, y se lidiaron reses de la ganadería extremeña de José Luis Marca. Mari Paz Vega cortó una oreja en su segundo toro y Cristina Sánchez se tuvo que conformar con una vuelta al ruedo. Mari Paz Vega no podía ser otra cosa en la vida que torera. Su padre, novillero con poca suerte, contribuyó a la afición de sus seis hijos. Todos han hecho "sus pinitos taurinos", dice la malagueña, y a pesar de que intentaron quitarle los toros de la cabeza, es la única que ha llevado su carrera más lejos. Curro y José Carlos Vega son banderilleros, mientras que Alberto y José, Luis trabajan para la Escuela Taurina de Málaga, y al pequeño, de momento, "le gustan desde fuera" La recién estrenada matadora no tiene novio porque afirma no tener tiempo. Es rubia, pesa 57 kilos y mide 1,68 metros". No le gusta mucho leer, y menos aún estudiar. Al finalizar segundo, curso de administrativo dio por terminados sus estudios. Se dedicó entonces a hacer mucho deporte. y a torear de salón. Fijó su residencia en Zaragoza e ingresó en la escuela taurina de la ciudad.

Mari Paz Vega hizo su debú con caballos en 1993 compartiendo cartel con Cristina Sánchez y Yolanda Carvajal. Ha hecho el paseíllo en 26 ocasiones en esta temporada y sólo una en plaza de primera. Fue en Zaragoza donde salió por la puerta grande. "Quería hacer mi presentación en Sevilla y Madrid", donde aún no ha pisado el ruedo, "pero estaban todos los carteles rematados y cerrados", explica la torera de su más exitosa temporada. Es una mujer discreta y dicen de ella los taurinos que es una "torera valiente con la cabeza bien amueblada". Admira el toreo de personalidad, "como el de Rafael de Paula, Julio Aparicio, Joselito y José Mari Manzanares en este orden. Dice no tener definido su tore, pero lo más importante que puede ofrecer su valor.

A Mari Paz Vega no le gustan los tópicos. Los hombres y las mujeres reúnen las mismas condiciones para ponerse delante de un toro: "La afición, el valor, y teniendo esta base, todo se puede aprender". Sin embargo, teme, como todos, más a una mala que a unos pitones. Prefiere entender la expectación que despierta porque es un torero nuevo y por ser mujer. Y las toreras que vienen detrás se lo dice bien claro: "No será para ellas ni más fácil ni menos. Tienen que abrirse su propio camino". Su punto flacoa mejorar el acero.

Mari Paz sabe quién es Juanita Cruz, la torera madrileña que se tuvo que marchar a México a torear y a doctorarse cuando en España estaba prohibido que las mujeres pisaran los ruedos. Ahora, con 50 años de distancia desde que Juanita se cortara la coleta, Cristina y Mar Paz se han convertido en protagonistas y abanderadas de una generación de mujeres toreras que han nacido en los setenta, fuera ya de imposiciones legales, y que reclaman su oportunidad. ¿Y qué hace en el tiempo libre? Lo reparte entre Zaragoza y Málaga, siempre "de arriba abajo", dice, como la esencia misma del buen toreo.